Antecedentes
La Volkswagen Amarok es quizá la pick-up mediana de última generación más refinada y pulida en su andar, algo que se ve reflejado en su tipo de usuario, más hacendado, rutero y urbano, que gaucho labriego del campo.
Ante este enfoque, la decisión de montar una transmisión automática de 8 velocidades, como la utilizada en modelos sofisticados y no laborales, parece sumamente acertada. Obviamente se ofrece con el mayor nivel de equipamiento posible, Highline Pack a cuyas especificaciones podés acceder mediante el link debajo de la nota.
Mecánica en acción
La nueva transmisión es una unidad ZF de 8 cambios compartida con varios modelos de última generación como la Touareg. La cantidad de cambios es tan importante, que sus dos primeras marchas son particularmente cortas, solucionando parcialmente la ausencia de reductora.
Lo anterior se traduce en mantener el motor siempre en las 1.500 vueltas, cerca de su torque máximo de 420 Nm, que está solo 250 rpm más arriba. Para ser más concretos, acelerando con calma desde 0, a 15 km/h pasa a 2°, a 20 km/h a 3°, a 35 km/h sube a 4°, a 40 km/h ya coloca 5°.
Si bien no le gusta rebajar, con apretar lo suficiente el acelerador, la caja baja hasta tres cambios en un suspiro. Además, utilizando el modo sport retiene un poco más de rpm cada cambio. Respecto a su funcionamiento, casi no hay ruido de “resbalado” del convertidor de par y el paso de marchas es casi imperceptible, tanto hacia arriba como hacia abajo.
Vida a bordo
En cuanto al interior, sobre lo comentado cuando tomamos contacto con la Amarok automática durante su presentación en Córdoba, podemos agregar que el estéreo es el mismo ofrecido en un Fox y extrañamente no cuenta con controles en el volante. Difícil de operar, con demasiados comandos resumidos en pocos botones y una perilla, se justifica por ofrecer entradas USB, SD y conexión Bluetooth. Esperamos que Volkswagen agregue un nuevo equipo con frente doble.
En cuanto a practicidad ofrece bandejas arriba del tablero, debajo del estéreo y frente a la palanca de cambios, a los que suma la guantera y el espacio dentro del apoyabrazos central, que en realidad es pequeño. También hay varias tomas de 12V a disposición.
Comportamiento
En marcha, la Amarok sigue siendo la pick-up más parecida a un sedán, primero porque su cuadro de instrumentos, volante y otros comandos son los mismos que los utilizadas en los demás autos de la marca. La postura de manejo refuerza esta sensación con regulación en altura y profundidad de columna de dirección, que deja el timón bien plano frente al conductor. Tapizadas en cuero, las butacas provienen del Caddy europeo, incluyen airbags en sus laterales y se pueden regular lo suficientemente bajas.
Las primeras diferencias respecto de un auto, además de la altura, están en su ancho que obliga a circular con cuidado en ciudad, ya que cubre una amplia porción de asfalto. Esta sensación se ve reforzada por el parabrisas bajo y ancho que permite ver el mundo como si fuera una pantalla widescreen. La dirección tiene tres vueltas de tope a tope, pero está bastante más desmultiplicada que en un sedán, para evitar maniobras bruscas que terminen en un vuelco a alta velocidad.
Si bien no cuenta con cámara de retroceso como las nuevas Toyota Hilux y Ford Ranger en sus niveles más equipados, integra sensores posteriores. Esto sumado a los grandes retrovisores permite estacionar fácilmente sin destruir a un compacto estacionado detrás que permanece oculto por la alta línea de cintura.
En ruta y fuera de camino
En ruta la 8° le permite desahogar al compacto 2.0L bi-turbo necesitando 2.000 rpm para circular a 120 km/h, con un consumo de 8.2 L/100, según la computadora. A esta velocidad se siente poca fricción eólica, un ronroneo distante del motor y algo de ruido de rodamiento. Luego de mantener el pie derecho un buen tiempo soldado al piso, el velocímetro estuvo cerca de los 190 km/h. Este registro se obtuvo en 7° a poco más de 4.000 giros.
Además de las marchas cortas, la falta de reductora es también compensada por una batería de funciones activadas mediante el botón off-road, que recalibra todos los sistemas para obtener el mayor agarre de sus Pirelli Scorpion ATR de uso mixto. Se suma el diferencial central con capacidad para distribuir torque activamente entre los ejes, que también ayuda a redondear giros sobre ripio y asfalto, haciendo su comportamiento más neutro.
Conclusión
La nueva Amarok con transmisión automática de 8 velocidades no hace otra cosa que confirmar y reforzar los atributos nombrados al comienzo de esta prueba: en su andar es la pick-up más civilizada y refinada del segmento. Aunque hace que no sea vista como la mejor herramienta para el trabajo duro, la transforma en uno de los vehículos ideales para el hombre de campo que debe realizar muchos kilómetros de ruta, tierra, barro y demás pisos accidentados y resbalosos.