En el Salón de New York debuta este sedán de estilo deportivo que lleva la mística de los Impreza WRX a un nuevo nivel de belleza deportiva. Capturando las virtudes de la coupé BRZ (melliza del Toyota 86), anticipará a la próxima generación del sedán mediano de Subaru?
El Impreza siempre despertó suspiros en los amantes de la velocidad, no en su versión civilizada –exceptuando la actual generación- sino en su variante que replica las virtudes del Rally, con la inmensa boca en el frontal, el alerón trasero y los guardabarros ensanchados. Ahora, la marca vuelve con el WRX Concept que captura ese aura.
Inicialmente se destacan los guardabarros delanteros, cuya parte posterior crea dos salidas de aire que parecen importadas directamente de un Nissan GT-R. Se suman las marcadas ancas posteriores, al mejor estilo GT, resaltadas por la línea de cintura que se va cerrando. El techo curvo y las manijas de puertas al ras de la carrocería rematan ese estilo de deportivo purasangre.
¿Otras señas de velocidad? Si, claro, está el trabajado difusor posterior, rodeado por cuatro escapes con remate en tono lima, indicando que hay potencia, pero también alguna innovación detrás de ella. Se rumorea que el clásico 4 cilindros opuestos (Boxer) de 2.0L podría entregar hasta 300 CV sin el clásico turbolag. La solución estaría en un motor eléctrico que aceleraría el turbo antes de que los gases de escape alcancen el caudal óptimo, evitando la demora en la entrada en acción de la turbina.