El futuro del transporte personal parece ser cada vez más eléctrico, al menos el urbano. Renault y Nissan ya están produciendo y comercializando vehículos de este tipo. La novedad es que en Argentina hay dos Twizy y al parecer, están anunciando la posible llegada al país de algunos modelos eléctricos del rombo. Pero ¿Cómo se sienten detrás del volante?
Invitados especialmente por Renault en una pista de pruebas creada en las calles de Tecnópolis (en horario donde estaba cerrado al público), manejamos el diminuto dos plazas eléctrico. Lo primero que llama la atención es su formato, angosto, alto y con cuatro ruedas expuestas (con guardabarros tipo moto). Además, su estructura de metal está casi completamente carrozada en materiales plásticos y en este caso combinando los colores de nuestra bandera.
El Twizy se vale de un motor eléctrico de 13 kW (equivalente a casi 18 CV) y tiene un interesante torque de 57 Nm que está disponibles casi desde el vamos. La autonomía es de 100 km en uso urbano, alcanza una velocidad máxima de 80 km/h (en Europa hay uno que llega a 40 km/h y no requiere registro) y se recarga de diversas maneras, incluyendo la posibilidad de hacerlo en 3 horas en cualquier toma hogareña.
Lo interesante del Twizy es que en solo 2 337 mm de largo puede llevar a dos adultos (uno atrás del otro) en relativo confort (algo que comprobamos hoy) combinando butacas de auto con algo del mundo de las motos, ya que el que viaja atrás debe colocar sus piernas a los costados del asiento delantero. Además hay dos rasgos que podrían ser de lujo en cualquier auto normal, las puertas (sin ventanillas) son de apertura tipo tijera, como en un Koenigsegg, y el techo es transparente.
Si bien el interior es muy simple y pareciera faltar bastante para que la calidad de encastres estén al nivel de un buen compacto europeo, tiene lo necesario, incluyendo un estéreo que en realidad reproduce vía Bluetooth desde cualquier dispositivo móvil. Más allá de eso hay una guantera con llave en el tablero y un espacio debajo del asiento trasero (65L en total declara Renault).
En seguridad, el Twizy ofrece cinturones inerciales de tres puntos atrás y con un extraño sistema de 4 para el conductor, airbag delantero y cuatro frenos de disco.
¿Cómo se siente manejarlo?
Lo primero que hay que hacer es darle contacto, esperar a que haga un chequeo y después de eso terminar de girar la llave como si fuera un auto convencional, solo que en este caso no se escucha ningún motor. El freno de mano está agarrado a la parte inferior del tablero y la caja de cambios (solo tiene una reductora) se opera con tres botones, D (directa) N (punto muerto) y R (marcha atrás). Pisando el freno apretamos D y al pisar el acelerador el Twizy sorprende con una salida rápida, nada de quemar caucho, pero que podríamos definir como eléctrica.
A los pocos metros de la pequeña pista, Renault dispuso una serie de conos para hacer slalom. Teniendo en cuenta que solo hay dos unidades en el país, decidimos no hacer el famoso Test del Alce, pero al girar el volante tuvimos una grata sorpresa, la dirección del Twizy carece asistencias, entregando un tacto propio de un karting. Antes de llegar a la primera curva soltamos el acelerador para ver como el sistema de regeneración de electricidad ayuda a desacelerar, pero al momento de pisar el pedal de freno, nos dimos cuenta que era duro, ya que también carece de servo.
En la pequeña recta (con chicana de conos para que no alcanzáramos sus 80 km/h de velocidad máxima) llegamos a 56 km/h y lo que más llamó la atención es el zumbido que emite el Twizy mientras acelera. Las dos curvas finales parecían ideales para ver cuánto podía darnos el Twizy pero, nuevamente, la mirada atenta de los responsables de Renault nos llamaron a la cordura. Igualmente nos llamaron la atención dos cosas, la suspensión parece muy dura para nuestros baches y la carrocería casi no rola en los giros.
La parte más interesante de todo esto es que ya está planeado ensamblar unas 32 unidades en Brasil, para el uso interno en la planta de Itapú. Y Renault ya está hablando con varias empresas locales (como una proveedora de electricidad) y con gobiernos provinciales, para crear flotas eléctrica (serían Zoe y Kangoo Z.E.) y la infraestructura para alimentarlas.
Conclusiones
La movilidad personal eléctrica aún está lejos de ser una realidad masiva y además, aún dista de darnos autos realmente interesantes de manejar. Ante este panorama, el Twizy es una luz en el horizonte: es simpático, relativamente práctico y al parecer, divertido de manejar. ¡Y tiene puertas tijera como las de un Koenigsegg! Hablando en serio, algunos autos eléctricos de Renault ya tienen posibilidad de llegar a Argentina en breve, aunque sea para uso interno de empresas privadas o flotas gubernamentales.
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