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Test drive

Manejamos al nuevo Renault Logan

Transitamos los caminos de la costa atlántica para comprobar su confort y capacidad.

Manejamos al nuevo Renault Logan

Luego del evento de presentación del nuevo sedán del rombo, a la mañana siguiente salimos con el nuevo Renault Logan desde el centro de la ciudad de Mar del Plata rumbo a Sierra de los Padres, donde pudimos poner a prueba al flamante modelo, tanto en los tramos rectos como en las distintas pendientes que ofrece la topografía de esta región.

La primera impresión antes de subirse es la misma que tuvimos al verlo por primera vez y que seguramente será la misma que tendrán muchas personas; el vehículo cambió para mejor, estamos frente a un profundo restyling que sin dudas logrará cambiar la perspectiva general que se tiene sobre el diseño del antiguo modelo, al punto que es probable que al primer golpe de vista varios distraídos no lo reconozcan como un Logan (en este aspecto vale la pena destacar la labor de la agencia creativa argentina que elaboró la publicidad que se verá en toda la región, abordando precisamente esta cuestión).

La versión que probamos es la Privilege, con motor 1.6 16V de 105 CV. Apenas nos subimos la atención se la llevó la rediseñada consola central, con la pantalla del MediaNav en posición estelar, enmarcada por plásticos en gris oscuro, negro brillante y gris claro, todos de correcta construcción y ensamblaje pero sin hacernos olvidar que se trata de un compacto del Mercosur. Con respecto al modelo anterior, el interior es mucho más elegante y sofisticado, aunque detalles como la ausencia de tela en los paneles de puertas (que ahora son completamente de plástico bitono) y la llamativa delgadez de los asientos explican cómo hizo Renault para mantener el mismo precio en el inicio de la gama.

Su punto fuerte, muy fuerte, es la habitabilidad. En la unidad de pruebas viajamos tres personas y el espacio es sorprendente, tanto en la distancia entre conductor y acompañante como en el espacio para las piernas y la altura de la cabeza con respecto al techo, haciéndolo realmente cómodo y placentero. Esta sensación se acentúa en el andar, ya que las suspensiones están enfocadas hacia el confort en marcha, que en curvas pronunciadas se traduce en un marcado rolido.

Con respecto a la dinámica, el motor 1.6 16V de 105 CV está acoplado a una caja de 5 velocidades con una relación un tanto larga, que le otorga un poder de reacción algo justo con el vehículo cargado pero que nos permite viajar a 100 km/h con 2.700 rpm y a 120 km/h con 3.300 rpm. A partir de esta velocidad el ruido mecánico comienza a hacerse presente en la cabina obligando a subir el volumen, tanto para escuchar música como para charlar.

Durante el día de la prueba, el clima se presentó bastante ventoso y con algunas ráfagas en la zona de los acantilados, donde el Logan se mostró sensible a los vientos laterales y durante los sobrepasos a los camiones. Con respecto a esto, la elasticidad del motor en 5ta velocidad es buena, al menos con el motor de 105 CV.

En el apartado tecnológico el MediaNav se lleva los laureles, su fácil operación y versatilidad lo convierten en un dispositivo ideal tanto para el día a día como para los viajes largos. El modo de eco-conducción realiza una evaluación constante de tu estilo de manejo y te incentiva adictivamente a superarte, convirtiéndote en un experto en el ahorro de combustible.

En conclusión, el nuevo Renault Logan es una opción interesantísima para aquellos que necesitan viajar cómodos, en familia y que suelen llevar varias cosas (el baúl es de 510 L. y los asientos traseros rebatibles te permiten cargarle lo que se te ocurra) todo a un precio razonable entre los sedanes de su segmento. Sin embargo, la novedad y el gran logro de este nuevo modelo es que más allá de su funcionalidad, el diseño exterior y su tecnología lo posicionan como una de las opciones más atractivas en el segmento.

Ezequiel Las Heras, enviado especial. recomienda