Suena ilógico, extraño, pero es real. Michelin lanzará en Estados Unidos unos neumáticos que mejoran con el tiempo, así como lo hacen los buenos vinos. Para lograr esto, se valieron de un ingenioso diagrama en el dibujo del caucho y en técnicas que permiten la inclusión intencional de ranuras laterales que aparecen con el desgaste.
Los surcos longitudinales, encargados de despejar el agua y así evitar el temido aquaplaning, tienen un diseño que se vá ensanchando a medida que el neumático se desgasta, permitiendo así un mayor despeje del agua a medida que pasa el tiempo, sin comprometer la rigidez estructural del neumático. Esta solución ya es conocida entre varios fabricantes, pero en las nuevas Michelin Premier EverGrip lo que se destaca es otra cosa.
Estos neumáticos, además de los surcos que se van agrandando, incluyen como total novedad unos 150 ranuras laterales ocultas bajo la primera banda de rodadura, que aparecen cuando ésta se desgasta.
¿Y por qué no se le ocurrió a nadie antes?
Sucede que hacer esto es más difícil de lo que parece. Modificar el diseño de los surcos y más aún, incluir ranuras ocultas que dejan pequeños orificios en el interior del caucho provoca inevitablemente un alto riesgo de que el neumático se deshaga en pedazos o se gaste irregularmente. Pero para esto Michelin (que no está de más aclarar, es uno de los fabricantes más poderosos y por ende, con mayor capacidad de desarrollo tecnológico) tiene un as bajo la manga: modificó la fórmula de su compuesto, añadiéndole grandes cantidades de silicio para mejorar la adherencia en el asfalto e incluyendo también aceite de girasol en la fórmula, otorgándole al caucho la suficiente elasticidad para funcionar correctamente.
Según anuncian los directivos de la empresa, los nuevos neumáticos Premier EverGrip se pondrán a la venta en EE.UU. dentro de pocos meses en 32 tamaños diferentes. Si tienen éxito, seguramente extenderán su comercialización al resto del globo.