El 507 surge de la mente del mismo responsable de la creación del auto más emblemático de Mercedes-Benz, el SL “Alas de Gaviota”. Max Hoffman, importador de BMW en los Estados Unidos, fue el que persuadió a la marca de desarrollar un convertible biplaza sobre la base de los sedanes 501 y 502. Así completaría el espacio vacío que había en el mercado estadounidense, entre el Mercedes-Benz 300SL y los pequeños y económicos deportivos británicos, como el Triumph y el MG.
El 507 representa el resurgir de la marca tras los graves daños provocados por la Segunda Guerra Mundial. Tras la insistencia de Hoffman por éste vehículo, los diseños existentes de Ernst Loof, fueron rechazados ya que el importador los encontró sin atractivo alguno. En Noviembre de 1954 y ante la tremenda insistencia de Hoffman, BMW contrata al diseñador Albrecht von Goertz para proyectar el 503 y el 507.
El ingeniero Fritz Fiedler fue asignado al desarrollo de los aspectos mecánicos del auto, con la premisa de tratar de utilizar todos los componentes existentes en la marca, que fuese posible. El resultado de este desafío fue un bello roadster de dos asientos, de líneas redondeadas y con un perfil bajo y alargado, que se presentó al público en el Salón de Nueva York de 1955, aunque la producción real comenzaría al año siguiente.
Según las previsiones de Hoffman, el 507 se vendería a un ritmo de 5.000 unidades al año a un valor de U$S 5.000. Estas previsiones resultaron un tanto equivocadas, cada auto era terminado a mano, por lo que cuando finalmente se puso a la venta, el precio alcanzaba los U$S 9.000 debido a los altos costos de producción. Este alto precio provocó que la producción del modelo fuese muy inferior a la planeada, llevando a BMW al borde de la bancarrota.
Bajo unas elegantes proporciones, se escondía un motor V8 de aluminio de 3.168 cc, una versión potenciada y aumentada de cilindrada del usado en el sedán 502, que alimentado por dos carburadores Solex Zenith 32 NDIX de doble cuerpo, proporcionaba 150 caballos sobre las ruedas posteriores. Asociado a una caja de cambios ZF de cuatro velocidades y gracias a la buena relación peso/potencia, la velocidad máxima alcanzada era de 217 Km/h.
En cuanto al resto de la mecánica, el chasis era una versión recortada en cerca de cuarenta centímetros del usado en el BMW 503, sobre él se asentaban la suspensión delantera independiente y la trasera de eje rígido. Los frenos eran de tambor a las cuatro ruedas. Por su parte, la carrocería estaba fabricada íntegramente en aluminio, lo que permitía que el peso del auto se mantuviese en cifras adecuadas
Una particularidad del 507 es que al ser terminados a mano, no eran idénticos entre ellos, incluso, los pocos ejemplares que fueron equipados de serie con techo duro o hardtop, no podían intercambiarlos entre ellos.
Debido a su alto precio, el 507 no era para cualquiera, solo unos pocos afortunados pudieron manejarlo, entre ellos, el rey Elvis Presley, que compro una unidad cuando prestó servició en el ejército norteamericano, con destino en Alemania. La producción del BMW 507 fue cancelada en 1959, por lo que sólo alcanzó la cifra de 253 unidades vendidas, de las que se calcula que el ochenta por ciento han sobrevivido.
Fuente: Escala Clásica