La nueva reglamentación de la F1 es compleja e hizo que las dos primeras carreras del año fueran francamente aburridas, pero dentro de esas innovaciones podría estar el impulso final para llevar una tecnología revolucionaria a los modelos de serie, los turbos de asistencia eléctrica.
La idea es simple, el turbo se vale de dos turbinas (de ahí el nombre) la primera es impulsada por los gases de escape y hace girar a la segunda, que empuja aire hacia la admisión de los cilindros. El problema es que la primera turbina necesita presión para girar y esto se consigue a medida que suben las revoluciones del motor. Este problema es conocido como "lag" o "demora" y es la falta de reacción del motor cuando pisamos el acelerador a bajas vueltas.
Una solución a esto es usar un turbo pequeño, que reaccione con un flujo menor de gases de escape, pero obviamente así se genera menos potencia. Otras variantes son los turbos de geometría variable, es decir, que se adaptan para trabajar a bajas y altas presiones, pero son muy difíciles de aplicar a motores nafteros debido a problemas de temperatura. También tenemos los sistemas con dos turbos, uno pequeño para "baja" y otro grande para el rango alto. Finalmente, motores como los TSi del Grupo VW combinan un compresor mecánico para el inicio con un turbo para alta.
La solución que ahora propone usar Audi no es nueva y lleva varios años en desarrollo, pero aun nadie la ha logrado introducir de forma masiva. Sin embargo, ahora que se han desarrollado para la F1 y categorías como la que compite en Le Mans, finalmente podría llegar a los autos de calle.
¿Cómo funciona el Turbo con asistencia eléctrica?
Para evitar la demora en la entrada en acción de un turbo grande, esta solución coloca un motor eléctrico que hace girar rápidamente a la turbina cuando los gases de escape son insuficientes. Así, se obtiene una reacción instantánea al pisar el acelerador. Además, cuando se levanta el pie derecho se aprovecha la presión que queda en el escape para que siga girando el turbo, transformando al motor eléctrico en un generador de electricidad.
Esta solución es muy inteligente y eficaz, da potencia, pero aprovecha lo que de otra manera se desperdiciaría; sin embargo, su desarrollo, calibración e instalación no parecen ser tan simples. Si lo pensamos bien, hasta es curioso que Audi desarrolle este sistema para sus modelos de calle ya que este año decidió no usarlo en el R18 e-tron quattro con el que competirá en Le Mans.
El tiempo dirá, pero el viento de los turbos electrificados ya se acerca a los autos de producción masiva.