A veces tener un buen auto no significa que manejes bien. Muchas personas con dinero terminan sentados sobre una máquina la cual escapa a sus capacidades de control, y es que ahí es donde se esconde el secreto para ser un buen conductor: lograr que el auto haga lo que vos querés, no al revés.
En EE.UU., más precisamente en el sureño estado de Texas, un joven muchacho se sentía muy afortunado de conducir su flamante Chevrolet Camaro ZL1 de casi USD 60.000, y tenía razón en sentirse así, ya que bajo su pie derecho se encuentra el pedal que acciona a nada menos que 580 caballos. Seguramente el rugido del V8 de 6.2 L lo llenó de una sensación de confianza, tanta que apagó el control de tracción para presumirle a sus amigos su caucho quemándose. Pero a veces, las cosas salen mal.
Según testigos, el Camaro realizó una brusca acelerada,provocando que el piloto perdiera el control, atraviese una cerca de madera y termine su recorrido en el fondo de una pileta en un jardín. El muchacho pudo escapar ileso, pero el disgusto de ver a su bestia mecánica en el fondo del agua debió lastimarlo tanto en el orgullo como en el bolsillo.
¿Ese camaro no sirve más? Esperemos que su dueño sepa español para que pueda leer esta nota sobre ese tema.
El primer Chevrolet Camaro Zl1 anfibio