El VW Golf R viene de fábrica con un motor 4 cilindros de 2.0 litros con una potencia de 295 caballos de fuerza y 379 Nm. Puede tener transmisión de seis marchas de doble embrague DSG (con la que acelera de 0-100Km/h en 4.9 segundos), o una manual de seis velocidades, con la que hace este mismo trabajo en 5,1 segundos, llegando a una velocidad máxima de 250 km/h. Partiendo de esta base, los ingenieros de Oettinger pusieron toda su imaginación y conocimiento para cambiar de manera radical el funcionamiento del Volkswagen Golf R.
El primer paso fue tomar un sistema de escape netamente deportivo, incluir un turbo más grande y modificar la unidad de control electrónica. Parece fácil decirlo, pero cada uno de estos pasos requirió de tiempo y mucho trabajo. Así, el Volkswagen Golf R pasó de 295 CV a 395 CV y su torque llegó a 500 Nm. De esta forma, Oettinger logró que la aceleración del VW Golf R bajara de los 4 segundos de 0-100 Km/h e incrementó en 30 Km/h su velocidad máxima (280Km/h).
Como datos de cierre, se le añadieron nuevas piezas en su parrilla frontal y llantas de aleación de 19 y 20 pulgadas. Sin duda alguna, los alemanes hicieron una buena personalización de esta versión del Golf, que le hizo subir varios escalones en su segmento, y proyectarse como uno de los autos deportivos que con una inversión asequible que puede llegar a los niveles de Porsche.