Zurich, Suiza. No es nuevo para nadie que Volkswagen es el mayor fabricante de Europa y que al parecer es inminente su ascenso como el más grande a nivel global.
Teniendo lo anterior en mente, resulta prácticamente obvio que se encuentre analizando y desarrollando diversas tecnologías alternativas a los tradicionales motores de combustión interna, y más evidente aún resulta que el primer modelo en ofrecer estos nuevos sistemas sea su vehículo más emblemático, el Golf, que dicho sea de paso acaba de cumplir 40 años. Este hatchback, que ya vá por su séptima generación, posee una multiplicidad de plantas motrices, desde las nafteras con turbo, turbodiésel y hasta una versión totalmente eléctrica denominada E-Golf, que pudimos manejar en Berlín. Por si fuera poco, Volkswagen nos ha dejado saber que también se encuentra trabajando con sistemas de propulsión a base de hidrógeno para este mismo vehículo.
Sin embargo, el día de hoy nos vamos a concentrar en el nuevo Golf GTE, el primer híbrido enchufable (mejor conocidos como Plug-in Hybrids) de VW, que como ya hemos mencionado antes, son híbridos de segunda generación que se pueden recargar al conectarlos a un enchufe en la pared, equipando baterías más grandes y duraderas.
Esta característica hace que los plug-in hybrids ofrezcan lo mejor de ambos mundos, ya que se pueden utilizar en modo puramente eléctrico con autonomías bastante decorosas, aunque también tienen mecánicas de combustión interna que permiten su uso en ruta y para trayectos mucho más prolongados.
El Golf GTE emplea el ya conocido 1.4 litros TSI de 150 CV que se acopla a una transmisión de doble embrague DSG de seis velocidades, la cual en su interior incorpora un motor eléctrico de 75 a 102 CV. El resultado es una potencia total de 205 CV y 350 Nm de torque (cifras muy cercanas a las del GTI), sin embargo, lo más relevante es que Volkswagen anuncia rendimientos de hasta 66.67 km/l (cifra teórica y prácticamente inconseguible que vamos a explicar más adelante) y emisiones de C02 de 35 g/km.
Pero este nuevo exponente no podría llevar como prefijo las siglas GT si no tuviera credenciales deportivas, por eso un 0-100 km/h en 7.6 segundos y una velocidad máxima de 220 km/h son suficientes para convertirlo en el tercer Golf deportivo, acompañando a los ya conocidos GTI y GTD.
El VW Golf GTE ofrece cinco modos de conducción:
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E-Mode: Modo 100% eléctrico que ofrece una autonomía de hasta 50 km y una velocidad máxima de 130 km/h. En un enchufe tradicional (220 volts en Europa) se carga en unas 3.5 horas, mientras que si el comprador adquiere el cargador especial el tiempo se reduce a un par.
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GTE: Es aquí en donde se entrega el desempeño más deportivo que este vehículo es capaz de ofrecer, ambos motores trabajan en conjunto para ofrecer todo el torque y potencia, permitiendo aceleraciones y recuperaciones muy rápidas. La presencia del motor eléctrico le confiere al GTE una respuesta instantánea muy agradable, producto de la entrega instantánea de torque. Evidentemente al conducir en este modo, las buenas cifras de rendimiento desaparecen por completo.
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Battery Hold: Este modo puede activarse automáticamente si al estar en E-Mode la carga de la batería cae demasiado o la temperatura exterior es muy baja. Aquí el GTE funciona como un híbrido común, el sistema busca mantener una carga media de la batería, por lo que el frenado regenerativo se activa y dependiendo de las situaciones los motores; eléctrico, nafta o ambos funcionan de acuerdo a las necesidades del camino.
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Battery Charge: Una modalidad muy poco eficiente para recargar la batería pero que puede resultar útil y nunca está de más tener, aquí el motor de combustión trabaja a mayor régimen de giro para que además de mover el auto, recargue la batería. Según VW este modo permitiría al usuario llegar con buenos niveles de carga (si es que la batería no estaba bien cargada en primera instancia) a lugares en donde solo se puede circular con autos puramente eléctricos, un escenario que se está volviendo cada vez más común en Europa.
- Hybrid Auto: En esta modalidad, el GTE gestiona la utilización de ambos motores para obtener el mejor rendimiento de combustible posible y en el que se puede obtener una autonomía total según cifras oficiales de hasta 940 km con un solo tanque.
Otros artilugios de los que se vale el GTE para poder entregar mejores consumos son la frenada regenerativa que se activa en modo Battery Hold o Battery Charge, cuando llevamos seleccionado en la palanca de cambios la D, el vehículo frena y regenera ligeramente, sin embargo existe una posición B, en donde la frenada regenerativa es tan fuerte, que incluso si se guardan las distancias adecuadas, no es necesario oprimir el pedal de freno. Adicionalmente tenemos la función Coasting, que podríamos traducir como "navegando" que desacopla la transmisión al conducir en carretera, para aprovechar al máximo la inercia.
Regresando a esa cifra de rendimiento de 66.67 km/l, la misma se obtiene de promediar en ciclo combinado el rango eléctrico (50 km) con el consumo puramente híbrido (22 km/l), por lo que en condiciones reales, el GTE debiera entregar números excelentes, sin llegar a ese optimista 66.67 km/l.
Pasando al apartado estético, el GTE se diferencia del resto de la gama por la utilización de color azul en aquellos elementos distintivos que en el GTI son rojos como las pinzas de frenos y algunas líneas en la parte frontal. En el interior los tapizados clásicos de diseño escocés también presentan color azul en lugar de rojo, mientras que las costuras del volante y palanca de cambios son también azules.
En lo que hace al equipamiento, el GTE ofrece prácticamente de todo, destacándose la gran pantalla táctil en la consola central, cámara de reversa, asistente de estacionamiento, navegador y climatizador bizona, entre otros.
Volkswagen no tiene planes de comercializar el GTE en nuestro mercado por el momento, aunque no hay que descartarlo del todo.