A pocos días de iniciar las jornadas destinadas a la prensa en el Salón de Detroit de este año, Oliver Schmidt, un alto ejecutivo de Volkswagen AG, fue detenido por las autoridades en Miami luego de pasar unos días de vacaciones con su familia en Cuba. Su arresto se debió a que era una de las seis personas acusadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por los delitos de conspiración para defraudar a Estados Unidos, violaciones a la Ley de Aire Limpio y fomentar el fraude como consecuencia del renombrado Dieselgate.
Tras todas estas acusaciones, un juez federal de Detroit negó la libertad preventiva a Schmidt, de 49 años, por lo que permanecerá en custodia federal en Estados Unidos hasta que se celebre su juicio en enero de 2018. En caso de que el ejecutivo sea declarado culpable por los 11 cargos de delitos graves que enfrenta, podría ser sentenciado a nada menos que ¡169 años de cárcel!
¿Estás de acuerdo con la medida o te parece algo exagerada?
