Quedarse varado por culpa de una correa genera más que un dolor de cabeza, por la situación y también por el costo monetario de la misma. En estos casos, lo mejor es dejar trabajar a los que más saben y Bosch nos trae algunas ideas para evitar un percance de este tipo:
1. Cambiá las correas en el kilometraje recomendado por el manual de mantenimiento del vehículo. Siempre es buena idea llevar un repuesto en el auto.
2. Evitá el contacto con grasa, aceite, pintura y derivados del petróleo. Esto puede afectar la durabilidad y el funcionamiento.
3. Al instalarlas, verificá que la fijación y el ajuste sean los correctos, utilizando herramientas adecuadas para evitar daños en su estructura y poleas.
4. Chequeá el estado físico de las poleas, piñones y tensores del vehículo. No debe haber roce con otros elementos del sistema.
5. Constatá con la marca si con cada cambio de la correa repartición hay que cambiar la bomba de agua, retenedores de los ejes de levas, cigüeñal, tensores y otros componentes.
6. Nunca intentes retirar las correas con el motor en funcionamiento, siempre debe estar totalmente apagado.
7. Al escuchar ruido excesivo o sonidos en el motor, es un buen momento para ajustar o cambiar las correas de accionamiento.
¿Qué te parecieron estos consejos? ¿Tenés más para agregar? ¡Acá podés encontrar más ideas para tu auto!