Hechos como este no se dan seguido en el mundo del deporte. El 9 de mayo de 1993, el podio del GP de España reunió a tres de los mejores pilotos de la historia de la F1. Alain Prost, Ayrton Senna y un joven Michael Schumacher fueron los que más rápido terminaron la carrera en el Circuit de Catalunya, dejando así la foto que hoy suma 14 títulos mundiales y 183 victorias en la máxima categoría del automovilismo mundial.
El GP de España era la quinta fecha de una temporada que llevaría la competencia Prost/Senna al máximo. Con dos triunfos para cada uno, Barcelona era la posibilidad de escaparse en la tabla. El francés, a bordo de Williams, venía descollando en las calificaciones, habiéndose quedado con las poles en todas las carreras, hecho que repitió en suelo ibérico. Williams se quedaría incluso con el 1-2, primero Prost seguido de su compañero Damon Hill, con Senna (McLaren) y Schumacher (Benetton) inmediatamente detrás.
Al comienzo de la carrera, todo indicaba que la escudería inglesa convertiría en un monólogo al Grand Prix, ya que Prost y Hill se habían despegado bastante de sus perseguidores. Para la vuelta 11, el británico había conseguido superar al francés, situación que mantendría por poco tiempo, ya que el entonces tricampeón de la F1 volvería a liderar la carrera. Para peor, Hill tendría que retirarse en la vuelta 41 por un problema en el motor, dejándole a Senna el segundo lugar y a Prost la certeza del triunfo. La atención entonces se trasladaría a la pelea por el segundo puesto, ya que con una parada tardía en boxes, Senna había dejado que Schumacher se agrandara, acortando la distancia en una serie de vueltas veloces y estando cerca de pasar al brasileño. Sin embargo, un despiste del piloto de Benetton lo obligó a tener que esperar al Lotus de Alessandro Zanardi y teniendo que contentarse finalmente con el tercer puesto.
A la larga, Prost se consagraría ese año y lograría su cuarto título en la Fórmula 1, quedando uno arriba de su rival de toda la vida y retirándose. Sería la última temporada que Senna acabaría, ya que en 1994 perdería la vida en Imola, mientras que Schumacher coronaría en 1994 el primero de sus siete títulos. Con el diario del lunes, entonces, la imagen de los tres empapados en champagne tiene otro sabor: se trata de la historia misma de la competencia y el deporte sin importar la disciplina.
Podio GP España 1993