Aunque 2016 terminó con números en alza, Lotus viene desde hace bastante tiempo apenas sobreviviendo. De un comienzo independiente, pasó a una alianza con Toyota, al rescate de inversionistas privados y finalmente a manos de General Motors. Cuando el gigante estadounidense no quiso sostenerlo más, se la vendió al exdueño de Bugatti, Romano Artioli que luego lo dejó en manos de Proton, de capitales malayos.
A Proton tampoco le había ido muy bien en los últimos años, principalmente por tener un mercado muy local y por la creciente competencia en su propio país, a pesar del enorme crecimiento de la marca en cuanto a desarrollo mecánico e ingeniería. Por eso el Gobierno de Malasia le prometió firmar un generoso préstamo de USD 350 millones a cambio de un plan de negocios sustentable que incluyera alianzas con otros fabricantes.
Geely Automobile fue entonces el ganador de la compulsa y por lo que se sabe, se hará con el 49,9% de Proton y con el 51% de Lotus, transformándose así en su dueño mayoritario. Con esto Geely aumenta su portafolio, que también incluye a Volvo y a la London Taxi Company, así como la nueva marca que han gestado, Lynk & Co. En julio próximo, deberíamos ver oficializada esta nueva alianza, que salvaría tanto a Proton como a Lotus.