A principios de los 60s, la ausencia de un límite de velocidad en las autopistas de los Países Bajos aumentó considerablemente los accidentes graves. Frente a esto, la policía (en neerlandés "Rijkspolitie") tuvo la tarea de encontrar un automóvil adecuado para patrullar las carreteras a alta velocidad. Una labor verdaderamente interesante.
De más está decir que la lista de requisitos era exigente. Primero que nada tenía que ser un vehículo mecánicamente confiable, con un alto desempeño. Por otro lado, curiosamente, tenía ser convertible. Aparentemente esto se debía a que era necesario que los oficiales pudieran ponerse de pie dentro del vehículo para dirigir el tráfico.
Ante estos requerimientos, la Rijkspolitie decidió elegir al Porsche 356 como el vehículo ideal para las patrullas. Este icono de la marca alemana formó parte de la flota de vehículos de las autoridades holandesas de 1962 a 1966. Cada una de las unidades destacaba por ofrecer una carrocería en color blanco y naranja, así como una sirena en color azul en el pilar A izquierdo.
Tras dar por culminada la compra del 356 para convertirlo en patrulla, para 1967 el 911 Targa fue elegido como la nueva patrulla de la policía holandesa hasta 1996. En total, unos 507 autos de Porsche han sido usados por la Rijkspolitie, incluidos el 914, 924 y 964, lo que lo convierte en la flota de patrullas Porsche más grande del mundo.