Cuando Hyundai presentó el Veloster de primera generación siete años atrás, muchos se sorprendieron por su arriesgada apuesta en diseño, pero se decepcionaron un poco por la escasa deportividad de un modelo que aspiraba a ser mucho más, hasta con el nombre. Meses más tarde, Hyundai lanzó una variante turbo, pero lamentablemente nunca estuvo disponible para nuestro mercado, por lo que el Veloster pasó con menor gloria de la que podría haber tenido.
Ahora se nota que Hyundai entendió el mensaje y acaba de presentar en el Salón de Detroit la segunda generación del modelo, que ahora sí apuesta de verdad por una mayor deportividad y no sólo por lo que muestra en el diseño, sino también en el paquete mecánico.
La base de este auto es la del i30 de nueva generación, y que como diferencia con el Veloster anterior es ahora más rígida y ligera, ofreciendo además suspensión trasera independiente con arquitectura multilink.
Este hatchback estilo coupé conserva el diseño de puertas asimétricas (una en el lado del conductor, dos por el otro lado), y estéticamente sigue siendo reconocible como un Veloster, aunque los diseñadores hicieron su trabajo para dotarlo de un look más aspiracional y deseable. El frontal sigue los lineamientos de los nuevos modelos de la marca, con la parrilla hexagonal tipo cascada y las ópticas envolventes, mientras que la zaga adopta un diseño horizontal con líneas más angulosas, para verse más ancho y robusto, mientras que en la versión turbo tenemos una doble salida de escape central.
En general, el diseño es musculoso y agazapado, reafirma su concepción de cuasi-coupé compacto gracias a una fuerte caída del techo, y con sólo echarle un vistazo da una mayor sensación deportiva que antes.
En el habitáculo hay una evidente mejora en la calidad percibida y en el diseño, generando ese upgrade de calidad que se ha ido viendo en el resto de la gama. Hay una mezcla de plásticos de distintos tactos y diseños, elementos de colores que contrastan y luces ambientales, dentro de un tablero que muestra un diseño en forme de T, y que da la sensación de ser más tecnológico. Como novedad, al menos en las variantes norteamericanas se ofrecerá con sistema de carga de celulares por inducción, y el sistema de infoentretenimiento Blue Link con pantalla táctil de 8” y conectividad a Apple CarPlay y Android Auto.
En materia de seguridad tendrá de serie aviso de colisión frontal con freno de emergencia, aviso de cambio de carril, sensores de punto ciego y sensor con cámara de retroceso.
La habitabilidad sigue siendo el punto débil de este auto, ya que si bien mejoró mucho la distancia entre ejes y, por lo mismo, el espacio para las piernas, la configuración es para cuatro pasajeros, con un baúl por debajo de los 300 litros.
La oferta motriz
Bajo el capó, el nuevo Hyundai Veloster se ofrecerá en su entrada de gama con el motor de cuatro cilindros 2.0 litros que eroga 150 CV y 178 Nm de par, asociado a una caja manual de seis velocidades o una nueva automática de doble embrague y siete marchas, que como es costumbre en este modelo, envían la fuerza exclusivamente al eje delantero.
El Veloster Turbo incluye el nuevo motor 1.6 L Gamma, con inyección directa y la sobrealimentación que lo bautiza, erogando 201 CV y 264 Nm de par (274 con overboost).
Y como gran novedad, la marca exhibió el Veloster N, el segundo modelo de la gama deportiva del fabricante tras el lanzamiento del i30 N, el que ofrecerá 275 caballos de fuerza (ver nota aparte).
Hyundai lanzará estos nuevos modelos en el mercado estadounidense en el segundo trimestre de 2018, por lo que probablemente los veamos en Argentina en poco tiempo. La lógica indica que primero llegará la versión normalmente aspirada, luego el turbo y por último el más extremo, el Veloster N.
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