El futuro, ese presente que está por venir nos promete maravillas en varios ámbitos, donde la automatización hará que nuestras vidas sean mas fáciles, menos exigentes y completamente predecibles. Mientras esperamos con paciencia a que la inteligencia artificial piense por nosotros, un grupo de ingenieros de Jaguar Land Rover decidieron ponerle un rostro a los vehículos autónomos para que interactúen con los humanos. ¿El resultado? Fastidio y tristeza, como no podría ser de otra manera.
Esto no es un capricho ni un simple intento de hacer mas ¿simpática? la robótica, sino que responde a un problema muy real: ¿Cruzarías la calle con la absoluta confianza de que un auto sin conductor te vea y no arranque? En el día a día, establecemos un contacto visual entre conductor y peatón, hasta haciendo señas para permitir el paso. Este código está tan normalizado entre humanos, que nos costaría confiar plenamente en las máquinas en el tránsito. Es más, un estudio realizado por Land Rover demostró que el 63% de los ciclistas consultados se sienten menos seguros cuando circulan entre vehículos autónomos.
Para solucionar el problema, se desarrollaron estos gigantescos ojos tristes que interactúan con los peatones, mirándolos para darles a entender que es seguro cruzar, que ya fueron detectados por el auto. Gracias a esto, en las pruebas realizadas en el centro de pruebas de Coventry, Inglaterra, los peatones se sintieron con mayor confianza para cruzarse frente a los vehículos autónomos.
A juzgar por el gesto que tienen, deberíamos agradecer que todavía no hablan. Vaya uno a saber lo que están pensando.
Así funcionan los ojos virtuales