Aunque para algunos Bugatti significa una marca de superdeportivos, detrás de ello existe una larga historia que data de más de 100 años. Primero hay que mencionar este fabricante debe su nombre a su fundador Ettore Bugatti, quien comenzó a desarrollar automóviles en la primera década del siglo XX.
Exactamente, fue en 1908 cuando Bugatti creó su primer automóvil bajo con el objetivo de ser ligero, poderoso y ágil. Bajo esta receta, el primer proyecto no solo tuvo que mantenerse al día con la competencia, sino también ser mejor en todos los aspectos. Esta es una filosofía que es más relevante que nunca, más de 110 años después.
Ettore Bugatti, nacido en Milán, Italia, en 1881, llevaba algún tiempo diseñando vehículos. Inicialmente, trabajó para marcas conocidas de la época como De Dietrich y ECC Mathis, antes de unirse a Gasmotoren-Fabrik Deutz AG en 1907. Esta fue la empresa cofundada por el inventor y desarrollador Nikolaus-August Otto en 1864 quería producir autos bajo licencia, para lo que contrataron a Ettore Bugatti como jefe del departamento de producción.
Cerca de la fábrica, Bugatti se mudó a una villa en el distrito de Mühlheim, Alemania, en la orilla derecha del Rin. En ese momento, también trabajó en algunos de sus propios proyectos. Teniendo una plantilla de empleados, comenzó a diseñar un auto bajo su nombre en 1908. Sólo las materias primas procedían de Deutz.
Bajo el nombre de Type 10, el auto dotado de una carrocería pequeña, ligera y ágil, y un motor poderoso, tenía un solo fin: ganar carreras. Al comienzo del siglo XX, se trataba de un nuevo enfoque. Hasta entonces, los vehículos tenían motores con grandes desplazamientos, entre cuatro y 12 litros, y eran muy pesados, lo que significaba que eran bastante difíciles de manejar. En cambio, el Type 10 rompió esta tradición y parecía casi un automóvil deportivo del futuro. Era un auto de carreras inteligente con una función que seguía su forma, sin ningún tipo de compromiso.
A pesar de que Bugatti todavía trabajaba para Deutz -registró su nombre como marca más tarde-, el Type 10 es considerado como el primer diseño independiente y, por lo tanto, el primer Bugatti, que anuncia el nacimiento de la marca.
En 1909, el "Pur Sang" (pura sangre) había sido terminado. Dotado de un motor cuatro cilindros de 1.2 litros con 10 CV, el biplaza con sólo 365 kilogramos podía ir a una velocidad máxima de 80 Km/h. Dentro de las soluciones de ingeniería puestas en el auto, estaba el árbol de levas elevado que operaba dos válvulas por cilindro suspendidas en un bloque de hierro fundido. Toda una innovación en ese momento.
Esta solución permitía que el árbol de levas estuviera conectado al cigüeñal a través de un eje biselado vertical. De igual forma, la potencia del motor era enviada a las ruedas traseras a través de un embrague multiplaca y un eje de transmisión. En ese momento, cuando la mayoría de los autos estaban equipados con cadena de transmisión, esta era una solución sumamente avanzada.
Igualmente, los resortes de la suspensión absorbieron los golpes más fuertes y los frenos conectados por cable proporcionaron una mayor desaceleración. Por su parte, el radiador rectangular dominaba la parte delantera. Solo a lo largo de los años, el radiador adoptó su forma única y distintiva.
Todo esto permitió que el Type 10 fuera elogiado por los expertos. Cuando el pionero aviador francés Louis Blériot condujo el auto en una exhibición aérea en Colonia, se emocionó. De ahí que le suplicara a Ettore Bugatti que produjera una serie de estos autos.
Con la asistencia de socios como Pierre de Vizcaya, Bugatti abrió su propia empresa en un local en desuso en Molsheim, Francia, a fines de 1909. Anteriormente, había negociado con éxito un préstamo con el Darmstädter Bank para la producción de 10 automóviles y cinco motores aeronáuticos. Tras la finalización de su contrato con Deutz, un colaborador cercano de Bugatti condujo el Type a Estrasburgo, un viaje de ocho horas en ese momento. De acuerdo con los libros de historia, el 1 de enero de 1910, Bugatti firmó oficialmente el contrato de arrendamiento de su fábrica en Molsheim.
Tras su movimiento, Bugatti continuó desarrollando el Type 10 con su equipo, llamando al auto modificado como Type 13 y usando el nombre de Bugatti por primera vez. Esta vez, el cuatro cilindros con un desplazamiento de 1.4 litros tenía una potencia de salida de 15 CV, poder que le permitía alcanzar una velocidad máxima de más de 90 Km/h.
Algo que llama la atención es que Ettore Bugatti se mantuvo fiel a su Type 10 y nunca pensó en venderlo. Más o menos 30 años después, en 1939, todavía era dueño del automóvil, que fue utilizado por su esposa Barbara Bugatti para conducirlo todos los días. Cuando los alemanes ocuparon Alsacia en la Segunda Guerra Mundial, Bugatti llevó al Type 10 a su astillero en Burdeos, donde diseñó lanchas rápidas.
Después de la muerte de Ettore Bugatti en 1947, el automóvil fue dejado en un estado abandonado cerca de Burdeos hasta que fue descubierto en estado ruinoso por un piloto de carreras francés a fines de la década de 1940, restaurado y vendido a un coleccionista británico. Posterior a ello, el auto se vendió a una colección privada en Estados Unidos, que lo restauró nuevamente.
El chasis, los ejes y las ruedas estaban pintados de color naranja rojizo, mientras que la carrocería seguía siendo gris plata. El coche todavía está en la colección y también se puede conducir, pero es solo en exhibición pública en raras ocasiones. Como se puede ver, el peso ligero, la velocidad y la potencia del automóvil siguen siendo emocionantes, 110 años después de su fabricación.