Hispano Suiza es de aquellas marcas que sólo se encuentran en los grandes eventos de autos clásicos del mundo. Como Duesenberg, Issota Fraschini, Talbot y otras tantas firmas que brillaron en la primera mitad del siglo 20, sus clásicos valen hoy fortunas.
Eso, parece, se acabó, porque la marca volverá a producir en un futuro próximo. Los catalanes anunciaron que en marzo próximo, durante el Salón de Ginebra, se presentará su primer modelo en más de 70 años, llamado Carmen.
Ojo, hay que tomarlo con pinzas si pensamos en los antecedentes. Durante tres años consecutivos, entre 2000 y 2002, Hispano Suiza amagó con retornar al presentar tres concepts de muy altas prestaciones, al estilo Pagani o Koenigsseg, que finalmente no pasaron de exhibirse. Si ahora parece distinto es porque el modelo, que tiene el nombre de la nieta del fundador de la marca Damián Mateu, lleva algún tiempo en desarrollo en la capital catalana y es mucho más que una bella carrocería.
Se trata de un gran turismo deportivo construido sobre un chasis de fibra de carbono y con un tren motriz 100%, que generará unos 1.000 CV y ofrecerá más de 400 kim de autonomía. Fue desarrollado por QEV Technologies, empresa de Barcelona que de electrificación entiende, ya desarrolla los motores que emplea Mahindra Racing en la Fórmula E y asesora los intentos de electrificación de la china BAIC.
Respecto del diseño, estará inspirado en el auto más famoso de la marca y admirado por todos los coleccionistas: el H6C Dubonnet Xenia de 1938 (en la foto superior), un aerodinámico concept desarrollado específicamente para André Dubonnet, que ha ganado múltiples trofeos por su elegancia y belleza.
No se sabe mucho más, salvo que se producirá una veintena de unidades, a ritmo de seis o siete por año, con la primera entrega programada para 2020. Su precio estará en €1,5 millones, aunque será altamente personalizable, por lo que su costo final será mayor.
Hispano Suiza fue fundada en Barcelona en 1904 por los empresarios españoles Damián Mateu y Francisco Seix, junto al ingeniero suizo Marc Birkigt. Buena parte de su prestigio lo consiguió fabricando motores para aviones, que se destacaron en la Primera Guerra Mundial.
Esta fama le permitió incrementar la venta de autos también, en general deportivos y muy elegantes. Se produjeron unos 12.000, hasta que en 1946 y debido a la crisis provocada por la Guerra Civil y el aislamiento durante el franquismo, la empresa cerró sus puertas. Se estima que de ellos no sobreviven más de 1.000, todos muy queridos por los coleccionistas.