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Automovilismo

Fin de semana negro: 25 años del GP de Imola de 1994

Recordamos el accidentado Gran Premio de San Marino, que se llevó la vida de Ratzenberger y Senna.

Fin de semana negro: 25 años del GP de Imola de 1994

Cinco lustros se cumplen de aquél fatídico y negro fin de semana para la Fórmula 1 de la época moderna. Hablamos del Gran Premio de San Marino de 1994, en la pista de Imola, cuyo circuito es bautizado en honor a Enzo Ferrari y su hijo Dino.

Viernes

La pesadilla empieza el viernes, en los entrenamientos libres con el accidente del, en ese entonces, flamante piloto de la F1 Rubens Barrichello quien a bordo de un Jordan se impacta fuertemente en la “Variante Bassa” a 225km/h. El brasielño queda inconsciente pero milagrosamente sin lesiones severas. Sin dudas, ese debió haber sido el primer llamado de atención sobre los escapes y barreras de la pista.

 

Sábado

Durante la calificación, el piloto austríaco Roland Ratzenberger no pudo trazar correctamente la curva Villeneuve, debido al repentino desprendimiento del alerón delantero del Symtek y golpeó una barrera de hormigón de forma casi frontal a 306 km/h muriendo al instante. A pesar de ello, el GP se iba a correr igual el domingo.

 

Domingo

El domingo de la carrera las cosas empezaron de forma accidentada cuando Lehto y Lamy chocan en la arrancada, sin consecuencias personales, pero dejando la pista llena de despojos. Los comisarios decidieron no detener la carrera y dejaron que los monoplazas fueran en fila india tras el "pace car" por algunas vueltas mientras los oficiales limpiaban la zona. 

La carrera se relanzó con Ayrton Senna en el primer lugar, había calificado dificultosamente en la pole con su Williams, seguido por Michael Schumacher. A las dos vueltas del relanzamiento, el coche de Senna se comportó de manera extraña, saliendose de pista en la curva Tamburello e impactando fuertemente contra el muro que carecía de cualquier protección.

Según la telemetría de esa época, el Williams de Senna experimentó una desaceleración súbita previa al accidente, de 300 a 211 km/h, velocidad a la que iba cuando chocó.

Seguramente y al igual que en el caso de Roland Ratzemberger, cuando llegaron las asistencias, Senna ya estaba muerto, pero las autoridades de la F1, FIA y del propio circuito jamás lo declararon por las implicaciones que tendría en la carrera, las que conllevaría inmensas pérdidas económicas si se detenía definitivamente el GP. El reporte oficial emitido a las 18:40 (hora local San Marino) dice que Senna murió a las 14:17 (hora del accidente).

El caos reinó durante los 37 minutos que duró la carrera detenida, se reanudó a las 14:55 tratando de cumplir con los horarios de la TV internacional.

Los incidentes no habían terminado ya que a diez vueltas del final, la rueda trasera derecha del Minardi de Michele Alboreto se soltó mientras salía del pit tras el cambio de llantas, golpeando a dos mecánicos de Ferrari y dos de Lotus, quienes fueron llevados al hospital de la pista. 

Cuando la carrera terminó, no se sabía aun la noticia de la muerte de Senna. El reporte se dio dos horas después del final y en el GP de San Marino 1994, ganado por Michael Schumacher, no hubo celebración ni champagne.

Ese fin de semana marcó un antes y un después para que los coches, las pistas y las barreras de contención fueran mucho más seguras. Hoy, a 25 años de su muerte, el Instituto Ayrton Senna, la fundación que fue creada en su nombre y de acuerdo a sus ideales para proteger a la infancia en Brasil, organiza en el Circuito de Interlagos, el "Senna Day".

Su legado, su arrojo al manejar, su maestria en la lluvia y en condiciones adversas, su visión del deporte, pero sobre todas las cosas, su carisma y personalidad, asi como sus valores e ideales, se han hecho eternos para generaciones de pilotos y entusiastas del mundo motor. Una pena que muchos cargarán por siempre.

 

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