El Porsche Panamera de segunda generación es ya un viejo amigo, de esos con los que te gustaría convivir más seguido, y que cuando se da esa extraña oportunidad de verlo, recordás el por qué disfrutas tanto de su compañía.
Para poner un poco en contexto, he tenido la oportunidad de manejar en varias ocasiones los Panamera Turbo, Panamera S E-Hybrid y Panamera Turbo S E-Hybrid, y sin embargo, hacía falta conocer a un integrante de la gama, el Panamera GTS, hecho que se resolvió satisfactoriamente durante el último Porsche Road Show del año que se llevó a cabo en Puerto Rico.
Se trata, además, de un Panamera GTS Sport Turismo, en un llamativo color rojo, y que desde ya te puedo confirmar: después del 911 (992) que también estaba presente, fue el auto que más disfruté de todos los disponibles.
Vale la pena recordar que las versiones GTS se sitúan por arriba de las S y por debajo de las Turbo dentro de la gama de Porsche. Se caracterizan por ofrecer de serie muchos de los elementos tecnológicos sofisticados enfocados en mejorar el desempeño deportivo de los modelos, pero sin la necesidad de escalar hasta los abultados precios de las versiones Turbo. Entonces, no solo son famosas por entregar un performance más radical, sino también por entregar buen valor.
Bajo el capó tenemos el mismo V8 biturbo del Panamera Turbo, pero con un poco menos de potencia: 460 CV y 620 Nm de par, que son gestionados por una transmisión PDK de ocho cambios vía un sofisticado sistema de tracción integral.
El escape deportivo suena espectacular y la suspensión neumática tiene una calibración más firme, el sistema de frenos es más grande, mientras que el chasis vá 10 mm más bajo.
No menos importante, el Panamera GTS también cuenta con un paquete estético que le confiere un carácter más agresivo, decoraciones en negro, interiores en combinación de cuero y alcántara con costuras en rojo, así como llantas de aleación de diseño especial.
En el Road Show la dinámica es así: te dividen en grupos, cada uno conformado por cinco autos, y en cada uno van dos ocupantes que se van turnando entre ellos, y también cambiando de vehículo hasta completar el manejo en todos. Como te podrás imaginar, son pocos los kilómetros que podés manejar en cada auto.
El Panamera GTS me tocó en el tercer cambio. Había manejado el Cayenne Coupé Turbo en el turno inicial y una Cayenne S en el segundo. Luego venían 911 (992) y Boxster T para terminar.
Unos cuantos metros tras el volante del Panamera GTS son suficientes para notar ese carácter más deportivo que tiene. Es un poco más duro, sentís que vas muy pegado al piso y el sonido del V8 es adictivo. Un poco más y te muestra que puede pasar por curva muy rápido. Te hace sentir que pesa la mitad y es al menos 30% más pequeño de lo que en realidad es. Sin embargo, no llega a ser tan ágil como el Boxster y el 911. Es decir, es muy deportivo, pero no abandona del todo ese carácter de auto de lujo que tiene.
Definitivamente es un auto perfecto para el uso diario, es muy rápido, es práctico y te permite disfrutar tanto de trayectos citadinos como de ruta, y si quisieras, podrías ir a un track day y ponerle un buen susto a muchos otros autos que se precian de ser deportivos más puristas.
Los caminos de Puerto Rico no son el mejor escenario para extraer todo el potencial del Panamera GTS, de ningún Porsche en realidad. Los límites de velocidad son bastante restrictivos, las autopistas no están en mal estado pero tampoco están tan buenas. Y los caminos secundarios son estrechos y con frecuencia tienen baches muy serios.
Aun con lo anterior, el GTS es un auto muy disfrutable, con un balance increíble entre deportividad, lujo, practicidad y confort. Bien podría decir que es mi nuevo favorito dentro de la gama Panamera.