2020 es un año especial para Škoda, hoy parte del Grupo Volkswagen, ya que celebra 125 años de su creación y 115 años desde que la compañía inició la producción de vehículos.
Fue en justo en diciembre de 1895 cuando dos ciclistas aficionados, Václav Laurin y Václav Klement, iniciaron la fabricación y reparación de bicicletas en la localidad de Mladá Boleslav en la Bohemia Central, Checoslovaquia. La empresa que llevó su nombre, Laurin & Klement (L&K), pronto ofrecería vehículos de dos y tres ruedas en varias versiones, para luego ampliar su espectro con la producción de motos en 1899.
Gracias que sus motos rápidamente obtuvieron triunfos en competencias internacionales, la compañía obtuvo una buena reputación. Con el cambio de siglo, la empresa realiza otro avance importante al convertirse en un fabricante de automóviles.
Corría el año de 1905 cuando Laurin & Klement, crean su primer vehículo de cuatro ruedas, el Voiturette A. Este modelo pronto demostró ser un vehículo de alta calidad y con un excelente rendimiento, atributos que le permitieron alcanzar un éxito en ventas a nivel internacional (incluido Japón). Incluso la compañía se colocó como el mayor fabricante de automóviles del Imperio Austro-Húngaro.
La expansión hace que la empresa empiece a crecer y supere el tamaño de un negocio familiar. Fruto de la evolución de la fábrica, deciden crear un nuevo logotipo para sus automóviles, que simboliza los laureles del éxito.
En 1907, los fundadores transforman L&K en una sociedad por acciones, y ésta comienza a operar a gran escala. Este avance da lugar a un nuevo modelo: el Phaeton. Tres años más tarde, L&K se centra sus productos en la simpleza y en las necesidades de un amplio radio de consumidores, y de eso nace el modelo S. Este modelo triunfa en el mercado nacional y en otros países, como Rusia.
Para 1920, L&K, además de fabricar automóviles, ensambla camiones, autobuses, motores de aviones y máquinas agrícolas. Ante esta enorme expansión, L&K busca un socio para mejorar su posición y modernizar su fábrica. De este modo, la compañía entra en cooperación con Roudnice Company. Bajo esta alianza, las exportaciones crecen durante y después de la Primera Guerra Mundial en Francia, España y América del Sur.
Posteriormente, en 1925, para fortalecer y mantener su posición, así como para renovar su fábrica, L&K busca u nuevo un socio. Así, L&K se fusiona con la empresa industrial más grande de Checoslovaquia, Škoda Pilsen (no, nada que ver con cervezas). Esto supone el fin de Laurin & Klement, y el comienzo de Škoda como marca.
El resultado de la fusión con Škoda Pilsen es una producción en cadena de automóviles de calidad, elegantes y equipados con detalles selectos; como el Škoda 100, el Škoda 110 y el Škoda 120. La fusión también supone el triunfo en muchas competencias internacionales a partir de entonces.
Poco después de la crisis económica mundial de 1929, la producción de automóviles se recupera en el seno del grupo Škoda, como una sociedad anónima independiente, y gracias al lanzamiento del Škoda 420 Popular. Esta evolución, sin embargo, pronto es interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, que suspende la producción civil.
Por desgracia, la ocupación alemana que tiene lugar desde 1939 hasta 1945 causa una considerable desorganización en la compañía, que es integrada forzosamente en la estructura industrial del Imperio alemán. Esto llevó a que el programa de producción civil se cancelara inmediatamente para orientar la manufactura exclusivamente a las necesidades militares y armamentísticas.
Aun con toda esta situación, en 1946, la empresa lanza el popular 1101. Se hacen versiones militares que tienen mucho éxito en las exportaciones, llegando hasta el mercado australiano. Posteriormente, se desarrolla un modelo de producción que se seguirá utilizando durante la década de 1950 y 1960.
Hacia el final de los años sesenta, debido al desarrollo de las nuevas tecnologías en el mundo occidental, la economía de Checoslovaquia y la empresa experimenta una pequeña recesión. Fue hasta 1987 cuando la producción logra crecer de nuevo con la fabricación de un nuevo modelo de gama Škoda, el Favorit, obra del legendario diseñador italiano Bertone.
Detrás de los cambios políticos de 1989 y en virtud de la nueva economía de mercado de la República Checa, Škoda empieza a buscar un socio extranjero cuya experiencia e inversiones sea capaz de asegurar la competitividad internacional de la empresa. De esta manera, en diciembre de 1990, Škoda decide cooperar con Volkswagen Group, convirtiéndose en la cuarta marca del Grupo Volkswagen, junto con VW, Audi y Seat.
Debido a esta integración y al nuevo pensamiento económico, Škoda lleva a cabo importantes medidas de modernización y una amplia renovación en la gestión, comercialización, desarrollo de productos y en los procesos de fabricación. Como primer resultado está el Felicia, un modelo muy competitivo dentro del mercado internacional. Le siguen otros modelos de gran éxito como el Octavia, el Fabia y el Superb.
De esta manera, 125 años después, el fabricante de automóviles sigue activo en más de 100 mercados y entrega casi 1,25 millones de vehículos en el mundo cada año. A manera de celebración por esta larga historia, Škoda marca el comienzo de una nueva era con su primer vehículo eléctrico. Además, como miembro de Volkswagen Group, la marca de origen checo lanzará 30 nuevos hasta finales de 2022, de los cuales más de diez serán parcial o completamente eléctricos.