A partir del domingo, Porsche suspenderá la producción en sus plantas de Alemania por un período inicial de dos semanas. La marca toma esta decisión como respuesta a la aceleración significativa en la tasa de infección causada por el coronavirus, con el fin de seguir las medidas implementadas por las autoridades gubernamentales.
Al igual que en otras compañías, a la necesidad de cuidar de sus empleados se le sumaron los problemas acontecidos en las cadenas de suministro mundiales, que ya no permiten una producción adecuada. Esto sucede a la vez que Porsche espera que haya una disminución en la demanda de sus autos.
En consecuencia, la planta matriz de Stuttgart y la sede de producción de Leipzig tendrán su último día de actividad este sábado.
Esta decisión fue tomada como parte de un proceso ordenado y en estrecha cooperación con los trabajadores. “Con estas medidas, nuestra empresa contribuye a proteger la fuerza laboral y a reducir la propagación del coronavirus. Las consecuencias reales aún no son predecibles, por lo que es demasiado pronto para hablar de previsiones. Lo que está claro es que 2020 será un año muy desafiante. Solo podemos superar la pandemia juntos y tomando medidas rigurosas”, dijo Oliver Blume, Presidente del Consejo Directivo de Porsche AG.
Además de suspender la producción, Porsche tomó otras medidas, como prohibir los viajes de negocios de sus empleados, ampliar la flexibilidad para trabajar desde casa y ordenar que las reuniones solo se realicen por video o conferencias telefónicas.