El término "muscle car" es completamente ambiguo pero también presenta ciertas concordancias. Por ejemplo, hay que cumplir con una serie de reglas -no escritas- para que un vehículo sea catalogado con este título surgido en Warren Michigan, Estados Unidos, en los inicios de los años 60.
El responsable de darle vida al término "muscle car" fue...
John Z. DeLorean. Sí, el mismo que hizo el auto de Volver al Futuro y que en aquellos años militaba en las altas esferas de Pontiac, la compañía filial de General Motors.
Hace poco más de medio siglo, en Europa se hicieron populares las carreras de autos GT o Gran Turismo por sus prestaciones, y en ellas competían tanto entusiastas aristócratas adinerados como simples constructores de autos. Con el fin de equiparar rendimientos, las autoridades establecieron una norma denominada GTO ("Gran Turismo Omologato" en italiano), en donde se obligaba a los fabricantes a producir autos similares a los de las competencias pero para vender al público.
Del otro lado del Altántico, a DeLorean le pareció interesante agregar por puro gusto las siglas GTO a una versión repotenciada del Pontiac Tempest, al cual la gente empezó a llamar “muscle car” por el mencionado aumento de potencia. Al mismo tiempo, las demás compañias importantes de EE.UU. se dieron cuenta de que había un interés del público por tener vehículos con más prestaciones y que estaban dispuestos a pagar un extra. El resto es historia conocida.
A diferencia de lo que se piensa, el Pontiac GTO no fue el primer muscle car en aparecer en escena, sino que dicho privilegio lo tuvo el Oldsmobile 88 1949, que se lo potenció con un motor V8 denominado Rocket.
Olds 88 Rocket
Los primeros 88 Rocket rápidamente ganaron fama gracias a que los conductores hábidos de mayor potencia se inclinaron por ese V8 de alta compresión y con válvulas a la cabeza (OHV). Este impulsor era tan robusto que se fabricó de 1949 a bien entrados los años 90.
Hora del ranking
Regresemos a los muscle car de los años 60. En nuestra lista no estan ni todos los que deberían pero nuestra palabra tampoco es la ley, como dijera aquella famosa canción mexicana. Evidentemente faltan muchos modelos, como los Dodge Dart, Super Bee o Coronet, el Chevrolet Impala SS, los Plymouth Cuda y algunos Ford, Mercury y Oldsmobile, como por ejemplo como el 4-4-2 -se llamaba así por que tenía cuatro gargantas en el carburador, una caja manual de cuatro cambios y dos escapes-.
Sin más para agregar, vamos a la lista de los 10 mejores según Autocosmos, en la que tomamos como base una investigación que ya habíamos hecho en 2013.
10. Mercury Cougar 427
Nació a partir del Ford Mustang. Fue agrandado y equipado para darle un toque más lujoso y de “Grand Tourer”. En 1970 lo dotaron de un monstruoso V8 de 7 L que superaba los 400 CV en la versión GT-E (Eliminator). La marca lo anunciaba como un “animal del camino” y no era para menos: con la parrilla negra dividida en dos partes (algo que se había modificado un año antes) y el rugido del V8 bajo el capot, sin duda que tenía una apariencia amenazante.
9. AMC Javelin AMX 401
AMC (American Motors Corporation) desarrolló el Javelin para competir contra el Ford Mustang y, como todos los autos en esa época, fue incrementando el tamaño del motor hasta llegar a su punto máximo. Mientras marcas como GM, Ford, Chevrolet, Pontiac, etc. empezaban a fabricar motores más pequeños, AMC continuó con el Javelin AMX 401. Se fabricaron 4.980 unidades con el V8 de 6.5 L y 255 CV. El nombre de AMX reviviría unos años despúes con el Hornet, Concord y Spirit, pero lo cierto es que ninguno pudo darle continuidad al legado que había comenzado el Javelin.
8. Chevrolet Chevelle SS 454
La era de los Big-Blocks estaba en pleno auge y Chevrolet no dudó en construir uno de los motores más grandes que supo producir, el V8 454. En el Chevelle SS, este motor de 7.4 L entregaba oficialmente 360 CV, (aunque en realidad eran muchos más) e incluía muchas mejoras mecánicas que lo hicieron sumamente famoso, principalmente en las picadas. Con una transmisión automática de cuatro cambios, hacía un cuarto de milla (0,4 kilómetros) en menos de 14 segundos y superaba los 160 Km/h, por lo que era bastante veloz para su época y para ser un auto completamente stock.
7. Chevrolet Camaro Z28
Con una suspensión más firme, llantas más anchas, dirección de mejor respuesta, líneas en el capot y atrás, frenos de disco en la parte trasera (opcionales en esta versión) y un V8 5 L que erogaba 290 CV (aunque las pruebas de dinamómetro demostraban que llegaba hasta los 400 CV), nació el Camaro Z28 de 1969, un auto que elevaba los estándares de los pony cars. Este fue el que provocó que Ford preparara el Boss 302 luego de quitarle a GM a Larry Shinoda, diseñador que había trabajado en el Camaro. Con esta generación, GM no solo demostró que tenía con qué combatirle al Mustang sino que logró gran popularidad, a tal punto que hoy esta es una de las versiones más coleccionadas.
6. Ford Mustang Boss 302
La guerra entre el Camaro y el Mustang empezó cuando GM presentó al primero en 1967. Para 1969 el Camaro se posicionaba como favorito, así que Ford tuvo que responder con una versión intermedia entre los Mustang V8 289, 390 y el 428 Cobra Jet. Para esto se “robó” a Larry Shinoda, quien al ser consultado en Ford sobre en qué trabajaba, contestaba "en el auto del jefe". Así nació el nombre de Boss. Este modelo se produjo únicamente en 1969 y 1970, años en los que se crearon 7.013 unidades. Además de un motor que ayudaría a la homologación para las carreras de Trans-Am, incorporó mejoras aerodinámicas al frente y atrás para hacerlo más maniobrable. Ya en este siglo se produjo una nueva versión del Boss (2010).
5. Pontiac GTO “The Judge”
El Pontiac GTO, auto que como ya mencionamos había iniciado la fiebre de los muscle cars, estaba perdiendo popularidad ante el Plymouth Roadrunner a pesar de que ya había recibido algunas actualizaciones. Fue entonces cuando DeLorean, jefe de ingeniería de la marca, introdujo la versión llamada “The Judge”. Se trataba de una versión enfocada en el desempeño y en la apariencia. En el exterior tenía entradas de aire en el capot con calcomanías con el nombre Ram Air, calcomanías de “The Judge” en los guardabarros delanteros, líneas que corrían desde el frente hasta el pilar C, llantas especiales y alerón trasero, mientras que en el interior contaba con una calcomanía en la guantera y el pomo de la palanca en forma de T, aunque solo en las versiones manuales. Para completar su estética deportiva, debajo del capot se encontraba el motor V8 de 6.5 L Ram Air III de 366 CV y como opcional estaba el Ram Air IV de 370 CV. Hoy en día, si está en perfectas condiciones, un Judge original puede llegar a valer más de USD 100.000.
4. Ford Torino Talladega
Toma su nombre del Talladega Superspeedway, circuito inaugurado en 1969. Su historia tiene directa relación con el NASCAR: En 1968 Ford había tenido un buen año con el Fairlane pero Dodge estaba preparando ya el Charger Daytona, un auto con muchas mejoras aerodinámicas. La marca del Óvalo se enteró de esto y a último momento mandó a modificar el Torino Fastback del 69 para facilitarle el trabajo a su equipo de competición. Se fabricaron poco más de 740 unidades, y si bien Ford perdió dinero con cada uno de éstos, ganó éxito en las pistas, al obtener 29 triunfos entre 1969 y 1970 y el campeonato de constructores y pilotos en 1969. La versión de calle montaba el monstruoso V8 de 7 L con 335 CV y popularizó la pintura negra para el capot y el baúl.
3. Plymouth Roadrunner Superbird
Gracias a las reglas de NASCAR de finales de los 60 y principios de los 70, los autos de competición debían ser similares a los que se vendían para la calle. Así nació en 1969 el Dodge Charger Daytona y un año después el Plymouth Roadrunner Superbird. Ambos modelos se caracterizaron por tener una trompa en forma de cono, la calcomanía con la caricatura del Correcaminos con un casco en las manos y gran alerón en la parte trasera, que les daba mejor aerodinámica. En esa época se creía que la altura del alerón tenía una fórmula secreta pero después fue revelado que solo era así para poder abrir el baúl. Sobre el Plymouth en sí. se produjeron sólo 2.783 unidades (originalmente apenas se iban a construir 1.920) durante 1970, su único año de fabricación. Los motores disponibles eran un 440 (7.2 L) de 375 CV, un 440+6 (7.3) de 390 CV y el 426 Hemi (6.9) de 425 CV. En la película animada Cars, “El Rey” es ni más ni menos que éste emblemático auto.
2. Dodge Charger RT
De todos los muscle car los más extravagantes eran los Dodge, tal como se mostró con el Charger R/T del 68, surgido como respuesta al Plymouth Barracuda. Si en una película necesitan que el malo tenga un auto de acuerdo a su personalidad, no había mejor opción que este. De hecho, en la espectacular persecución de "Bullit", Steve McQueen maneja un Mustang y es perseguido por los malos en un Charger negro, una pieza que resultó clave para el éxito de la persecución. Bajo el capot encontramos el Magnum V8 7.2 L de 375 CV, pero también se podía seleccionar como opción el Hemi 426 (6.9 L) con 425 CV. La caja era automática de cuatro cambios y los amantes de las picadas podían optar por el cambiador Competition-Plus con un convertidor de torque especial para ganar tiempo. El modelo 69 sería utilizado en la famosa serie "Los Dukes de Hazzard", siendo apodado como "General Lee".
1. Ford Mustang Shelby GT500
La leyenda Carrol Shelby transformó los Mustangs de 1966 y 1967 en autos de competición de uso diario. Sin embargo, en aquel 67 el público demandaba más, por lo que Ford se involucró en la producción y dotaron al modelo con un “Big-Block” de 7 L con 355 CV, el cual se asociaba a un sistema de transmisión que podía ser manual de cuatro relaciones o automática de tres. Por su parte, Shelby le dio una apariencia diferente al incorporar algunas partes hechas con fibra de vidrio, como la trompa alargada, entradas de aire en el capot, cuatro tomas de aire a los costados (dos de cada lado) y un spoiler en la parte trasera. La forma de las luces traseras fueron tomadas del Mercury Cougar, mientras que al frente le pusieron dos faros en el medio de la parrilla. Para terminar, se le incorporó al diseño exterior un par de líneas gruesas, icónicas de la época. Este Shelby fue uno de los modelos más conocidos del mundo de los muscle cars y ganó más fama con su reconocida participación en la remake de la película “60 Segundos”, donde se lo denominó como "Eleanor".
¡Si llegaste hasta acá es porque que te gustó nuestra propuesta! Acá abajo te dejamos la charla entre un servidor y nuestro editor jefe Rubén Hoyo, con quien confeccionamos la lista.
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