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Top 15: Los mejores concepts de la historia

Todos nos maravillaron y enamoraron. Mirá nuestra elección y contanos qué te parece.

Top 15: Los mejores concepts de la historia

Que un auto de producción sea recordado es ciertamente impresionante, pero que un concept, que nunca se fabricó y que sólo fue exhibido en una ocasión puntal, pase a la historia es realmente épico. Seguramente alguna vez caíste rendido ante los encantos de un vehículo de formas increíbles, tecnología futurística y soluciones poco menos que dementes.

Antes de continuar, quiero recordarte que un concept car es un vehículo creado con la misión de mostrar lo que la compañía es capaz de hacer en materia de diseño y tecnología. En algunos casos también sirven para sondear a la gente cuando se quiere llevar a cabo un proyecto arriesgado, mientras que en otras tantas sólo logran llamar la atención y/o hacernos soñar con el futuro.

un concept car es un vehículo creado con la misión de mostrar lo que la compañía es capaz de hacer en materia de diseño y tecnología

Los primeros concept de los que se tiene registro son el Volvo Venus Bilo (1933) y el Buick Y-Job (1938), siendo este último el más célebre y conocido, gracias a que en él su diseñador, Harley J. Earl, encontró la forma de convencer a los directivos de la marca de lujo de General Motors del estilo que esta debía adoptar en aquella época.

El Buick Y-Job, de 1938.

En Autocosmos nos propusimos recopilar a los 15 mejores concepts de toda la historia. La decisión no fue fácil y generó una larga y apasionada discusión, pero la realidad es que estamos contentos con el resultado final.

Buick Centurion (1956)

Como ya mencionamos, General Motors fue pionera en en empleo de los concept. Por ello, entre 1949 y 1961 realizó un Salón denominado Motorama, donde se mostraban los prototipos que anticipaban el futuro de la marca en el mercado automotriz. En la edición de 1956 se dio a conocer el Buick Centurion, un auto inspirado en los cohetes y en la por entonces efervescente carrera especial. Además de su increíble diseño con grandes aletas, la carrocería estaba fabricada en fibra de vidrio, al igual que la cúpula transparente inspirada en un avión de caza. Además, contaba con una cámara de televisión en la parte trasera que transmitía imágenes a una pantalla colocada en el tablero. En cuanto al motor, se recurría a un V8 capaz de entregar 325 CV. Hoy se mantiene vigente en la Carrera Panamericana, donde año tras año es uno de sus grandes protagonistas. 

Dodge Deora (1967)

Uno de los concepts más extravagantes y épicos que jamás se hayan construido. Su desarrolló se inició en 1964, cuando en la mente del diseñador Harry Bentley Bradley comenzó a circular la idea de plasmar cómo sería la pick-up del futuro. El producto final, construido sobre una Dodge A100, luce espectacular tanto en aquel momento como hoy gracias a que cuenta con algunas características increíbles como una cabina frontal sin puertas laterales, ya que se ingresaba a ella a través de un portón ubicado en el frente. El interior era más propio de un deportivo que de un utilitario, mientras que el lugar del conductor se encontraba por delante de las ruedas delanteras.

Con respecto al motor, era de seis cilindros en línea y estaba colocado atrás, por lo que para su refrigeración contaba con un radiador que se ubicaba por delante del eje trasero rígido, a donde llegaba el flujo de aire de las tomas laterales de la carrocería. Además, la transmisión estaba compuesta por una caja de tres relaciones.

Este prototipo se hizo muy famoso gracias a la marca de vehículos de miniatura Hot Wheels, que lanzó su propia versión y que es muy codiciada por los coleccionistas. Incluso, Mattel se animó a reinterpretar el concepto con el Deora II, que se convirtió en todo un icono para la firma.

Lancia Stratos Zero (1970)

Presentado en el Salón de Turín de 1970, este concept es considerado una obra maestra de la industria. El diseño le fue encargado a Bertone, quien a su vez le adjudicó la tarea a nada más y nada menos que a Marcello Gandini, quien siguió la primicia de que la estética era mucho más importante que la funcionalidad. El Stratos Zero es catalogado como el auto de techo duro más bajo de la historia gracias a que solamente tenía 840 mm de alto. Su largo era de 3.590 mm, por lo que sin duda se trataba de un auto diminuto. El perfil lateral tiene forma de flecha y sólo lo reconocemos como un auto gracias a las discretas tomas de aire laterales y a los enormes neumáticos de competición. Para hacer más llamativo todo, el acceso al habitáculo se realizaba a través del parabrisas frontal. 

El motor era un V4 de 1.6 L capaz de entregar 132 CV. Una cifra baja, pero al combinarse con un peso de sólo 700 kg y una puesta a punto racing lo hacían un auto muy divertido.

Ferrari 512 S Modulo (1970)

Su presentación fue en el Salón de Ginebra de 1970. Si hoy parece una nave espacial, no me quiero imaginar el impacto que generó al momento de su presentación. Como su nombre indica, este auto toma como punto de partida al Ferrari 512 S, del cual sólo conserva chasis y motor. De ahí en más, estamos frente a un ovni sobre ruedas con un perfil afilado, una altura bajísima y un diseño sorprendente realizado por Paolo Martin. Medía 4.480 mm de largo y 2.040 mm de ancho, mientras que su peso era de 900 kg. Como curiosidad, el acceso al habitáculo se daba por su techo deslizable. En cuanto a la propulsión, el motor era un V12 de 5.0 litros que erogaba 550 CV, lo que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 3.1 segundos. Sin duda, estamos hablando de uno de los Ferrari más peculiares de toda la historia.

Chevrolet Corvette CERV III (1990)

Cuando se presentó el Corvette C8 los más tradicionalistas se llevaron las manos a la cabeza gracias a la novedosa posición del motor (central). Según ellos, este no tiene cabida en el deportivo más icónico de General Motors, a pesar de los enormes beneficios que en materia de desempeño conlleva. Pero lo que no saben es que GM lleva años experimentando con esta mecánica con los Chevrolet Engineering Research Vehicles (CERVs). El primer prototipo fue presentado en 1959, el segundo en 1964 y el más espectacular en 1990, cuando se presentó el Corvette CERV III, que sirve como punto de partida para pensar que desde entonces Chevrolet ya pensaba en esta configuración mecánica para su icónico deportivo. Desarrollado con Lotus, equipaba un V8 biturbo de 5.7 L productor de 650 CV y 888 Nm de torque. Este motor, combinado con la carrocería y el chasis hechos de fibra de carbono, kevlar y aluminio, permitía al CERV III alcanzar una velocidad máxima de 362 km/h.

BMW Nazca C2 (1992)

En realidad vamos a hablar de una serie de concepts cuyo nombre se inspira en la ciudad peruana de Nazca. El primero fue presentado por BMW en 1991 y su misión era sondear al público ante la posible llegada de un superdeportivo de la marca. Por ello, en su construcción se usaron materiales ligeros y se eligió el motor V12 de 5.0 L con 300 CV del 850i.La idea evolucionó y en 1992 aparece el Nazca C2 que protagoniza esta semblanza. Básicamente, se trataba de una versión de competición con un diseño mucho más agresivo y atractivo. Sin embargo, lo realmente impresionante era su impulsor, que fue modificado por Alpina hasta llegar a los 350 CV. En combinación con un peso de 1.000 kilos, tenía teóricamente un desempeño de otro mundo. Por último, en 1993 se presentó el prototipo final de la serie, denominado Spyder, que incrementaba aún más su atractivo pero también su potencia, que se vio elevada hasta los 380 CV.

Renault Espace F1 (1994)

Corría el año de 1994 y Renault estaba de fiesta. Por un lado, aún celebraba el campeonado de Fórmula 1 conseguido en 1993 con el Williams-Renault FW15C, mientras que por el otro su exitosa Espace, pionera de las minivan, cumplía sus primeros 10 años de vida. Las máquinas eran completamente diferentes, pero ello no impidió que un genio creyera posible celebrar estos hitos al mismo tiempo y uniendo las virtudes de ambas, lo que derivó en la espectacular e irracional Espace F1 Concept, un monovolumen movido por el motor V10 de 3.5 L del monoplaza campeón de la Máxima y que erogaba una potencia demencial de 820 CV. Incluso hoy es una cifra sorprendente y más que respetable.

En la construcción de la Espace F1 se recurrió al uso masivo de elementos ligeros, como fibra de carbono, al mismo tiempo que se le mejoró la aerodinámica para que no sea un motor potente y poco más. Esta bestia era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2.8 segundos y alcanzar los 312.2 km/h de velocidad máxima. ¿Querés manejarlo? Hacelo, está disponible en los primeros títulos del videojuego Gran Turismo.

Ford GT90 (1995)

Con la intención de rendir homenaje al GT40 que ganó las 24 Horas de Le Mans cuatro veces consecutivas entre 1966 y 1969, Ford presentó en el Salón de Detroit de 1995 este concept denominado GT90, anunciado como “el superdeportivo más poderoso del mundo”. De inmediato llamó la atención gracias a su estética radical, inspirada en los aviones de caza. De hecho, este concept estrenó el lenguaje de diseño New Edge. Estilísticamente combinaba elementos que en aquel entonces eran poco menos que futurísticos, como los faros LED, con otros clásicos, como las tomas de aire del capot o la trasera, que evocaban al GT40 original.

Según Ford, en su construcción se usaron materiales aeroespaciales, lo que quizás explica porqué Ford gastó USD 3 millones en un concept. Por su parte, el motor V12 turbo erogaba 720 CV, lo que le permitía lograr una velocidad máxima de 379 km/h, aunque la leyenda dice que en realidad era capaz de superar los 400 km/h. Sin duda, era una joya tecnológica que sentó las bases para el GT de producción, que más allá de ser menos complejo siguió siendo una maravilla.

Audi Rosemeyer (2000)

Con la llegada del nuevo milenio, Audi decidió que era el momento perfecto para rendir homenaje a su legado en el automovilismo. Para ello, desarrolló un modelo que combinara un diseño retro con lo último en tecnología, el cual se denominó Rosemeyer en honor a Bernd Rosemeyer, piloto de carreras de Auto Union y que falleció el 28 de enero de 1938 cuando trataba de batir un récord de velocidad en Frankfurt.

La estética de este Audi se inspira directamente en los autos de competición que manejaba el propio piloto alemán. Pero el concept no era solo un auto hermoso, sino que se trataba de todo un laboratorio sobre ruedas, ya que en el apartado mecánico era impulsado por un W16 de 8.0 litros que entregaba 700 CV, los cuáles eran repartidos a las cuatro ruedas a través de un sistema de tracción Quattro. Y si esto te resulta conocido, es porque este auto es una de las semillas que a la postre dieron vida al Bugatti Veyron.

Cadillac Sixteen (2003)

A título personal, siempre creí que Cadillac es una marca infravalorada y creo que no soy el único que piensa eso desde que a principios de este siglo se presentó un increíble y enorme sedán que pretendía regresar a la firma de los laureles al olimpo automotriz.

Este Cadillac Sixteen mostraba al mundo el nuevo estilo de diseño que tomaría la marca. Su nombre hacía alusión al motor en V de 16 cilindros y de 13.6 L, que yacía en su largo y ancho capot, el cual mandaba los 1.000 CV de potencia a las ruedas traseras a través de una caja automática de cuatro relaciones. Curiosamente su consumo era moderado, gracias a que contaba con la tecnología de desconexión de cilindros. Medía alrededor de 6.000 mm y pesaba más de 2.500 kilos.

Este auto se inspiraba en el Cadillac Fleetwood de 1930, el del primer motor de 16 cilindros de la historia. Lamentablemente, los altos costos de producción impidieron que llegase a las líneas de producción.

Chrysler ME412 (2004)

Estás frente al mejor Chrysler de la historia. No importa que no se haya producido en masa, porque es de esos concept que arrancan suspiros y te hacen soñar. En lo particular, podría decir que es de mis favoritos. Este deportivo de estilo neoclásico fue presentado cuando acababan de unirse el Grupo Chrylser y Daimler. Todo en él era exótico, comenzando por su motor V12 de 6.0 L (de origen AMG) capaz de entregar 850 CV. La potencia era enviada al eje trasero a través de una caja de doble embrague de siete relaciones desarrollada por el especialista Ricardo. Por su parte, gracias al extensivo uso de aluminio y fibra de carbono sólo pesaba 1.310 kilos, lo que en combinación con una cuidada aerodinámica le permitían acelerar de 0 a 96 km/h en 2.9 segundos, hasta los 160 km/h en 6.2 segundos y lograr una velocidad máxima estimada en 399 km/h. Con ello, este prototipo era capaz de respirarle en la nuca al mismísimo Bugatti Veyron.

Se dice que el hecho de haber sido más rápido que el contemporáneo Mercedes-Benz SLR McLaren fue el principal factor que impidió su llegada a las líneas de producción. En Alemania no querían que un Chrysler fuera superior a sus máquinas. Si se hubiese construido, probablemente la firma estadounidense no estaría en el estado de abandono en el que se encuentra hoy.

Ford Super Chief (2006)

La Super Chief fue una locomotora que durante la primera mitad del siglo XX conectó a varias ciudades de Estados Unidos, ganándose el estatus de leyenda por su fiabilidad, potencia y lujo. Inspirándose en ella, Ford presentó en el Salón de Detroit de 2006 una enorme y poderosa pick-up que no sólo rendía homenaje a la máquina férrea, sino que adelantaba el estilo que tomarían sus camionetas a partir de ese momento.

Las dimensiones de esta camioneta que hoy luce actual eran enormes, ya que de largo medía 6.700 mm, de ancho 2.400 mm y de alto 1.980 mm. Debido a esto Ford desarrolló el sistema BlockerBeam, que mitigaba los daños en caso de chocar contra un vehículo más pequeño. En cuanto al apartado mecánico, era impulsada por un motor V10 con sistema Tri-Flex, que funcionaba indistintamente con nafta, etanol E85 o hidrógeno. La potencia era de 558 CV.

Peugeot Onyx (2012)

Se trata de un superdeportivo que explora la belleza, materiales y eficiencia necesarios para el siglo XXI. Su debut internacional fue en el Salón de Paris de 2012, donde se presentó con un novedoso patrón de diseño -para lo que era la marca- y con una carrocería atractiva, que combinaba un acabado mate negro con algunas piezas en cobre brillante. Junto a su afilada figura, el Onyx parecía una serpiente negra sobre ruedas.

En el interior presumía superficies suaves, realizadas a base de lana y una especie de madera creada a partir de papel de diario reciclado. Además de ser atractivo, el Onyx era rápido gracias a su motor 3.7L V8 HDi FAP -turbodiésel con filtro de partículas- que entregaba 600 CV al eje posterior. Además, podía ofrecer de forma momentánea otros 80 CV adicionales, aprovechando el motor eléctrico y baterías cuya carga se realizaba al recuperar energía en las desaceleraciones. Al ser fabricado en carbono solo pesaba 1.100 kilogramos.

Antes de la decadencia de los Diésel, el Onyx representaba un sueño bastante real de como sería un superdeportivo impulsado por este combustible.

Mazda RX-Vision (2015)

Presentado en el Salón de Tokio de 2015, de inmediato enamoró por su estética atractiva e impresionante. Claro, no por nada fue elegido como el concept más bello de ese año. Con 4.389 mm de largo, 1.925 mm de ancho y 1.160 mm de alto, el Mazda RX-Vision resaltaba por su larguísimo capot, guardabarros abultados y una cola corta.

En donde estaba la verdadera revelación del vehículo era debajo el capot, ya que contaba con un motor rotativo de nueva generación, por lo que más de uno se ilusionó con la posibilidad de que se lanzara un RX-9 o en su defecto regresara el mítico RX-7. Los ejecutivos de la marca nunca dieron detalles técnicos, pero al parecer el motor podría retomarse para ser usado como un extensor de rango en el MX-30, el primer eléctrico de la firma japonesa.

Mercedes-Maybach Vision 6 (2017)

En el festival de Pebble Beach de 2016 Mercedes-Benz presentó un majestuoso coupé que dejó a todos fascinados. Un año más tarde, la firma alemana se auto superó con el Vision Mercedes-Maybach 6 Cabriolet. Con el mismo estilo retro art-decó de su hermano coupé, este descapotable dio una idea sobre cómo serán los modelos de Maybach cuando Mercedes-Benz decida volver a darle una identidad propia a su división de lujo.

Se trata de un modelo de grandes dimensiones, con una carrocería de 5.800 mm de largo que descansa sobre gigantescos neumáticos de 24 pulgadas. Sólo como referencia, es más largo que un Rolls-Royce Dawn. En el interior se aprecia una mezcla entre lo moderno y lo antiguo. Su diseño es envolvente y se destaca tanto la gran separación entre los asientos como la iluminación ambiental azul sobre fondo blanco. Lo que sí, no hay tantas pantallas como podría suponerse en un auto tan moderno, aunque sí se aprecian botones con diseño retro. En materia mecánica, equipa cuatro motores eléctricos, uno para cada rueda, que en total erogan 750 CV. Todos se alimentan de una enorme batería situada en el piso, capaz de ofrecer 320 kilómetros de autonomía y que cargándola en 5 minutos -cargador rápido mediante- ofrece otros 100 kilómetros.

Ahora es tu turno. ¿Qué modelo debería estar en esta lista y por qué? ¡Contanos!

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