Aunque la gran mayoría de los conductores de las grandes ciudades están acostumbrados al tráfico en las calles, avenidas y rutas, no quiere decir que estén contentos por pasar varias horas al volante. Tal es así que tanto los ubicados en países de América, como de Europa y de Oceanía no están en absoluto satisfechos con el flujo de tráfico de sus países.
De acuerdo con una investigación hecha por Kapsch TrafficCom en nueve países (Estados Unidos, Argentina, Chile, Reino Unido, Alemania, Austria, Francia, España y Australia), los tres principales efectos negativos de los que se quejan los usuarios son la calidad del aire y la contaminación, el aumento de los tiempos de viaje y el incremento del nivel de estrés. Más específicamente, salvo en Estados Unidos y Australia, donde los niveles de estrés y el tiempo de viaje molestan más a los conductores, la congestión en los caminos es lo que más los molesta.
Si se pensaba que los efectos nocivos de la congestión en el medio ambiente iban a llevar a las personas a cambiar su forma de movilidad, para así disminuir la contaminación, no fue así. Cuando se les preguntó por su camino preferido, la mayoría optó por acortar el tiempo de viaje en lugar de buscar una opción con menor impacto ambiental, como por ejemplo una bicicleta.
Siete de cada diez automovilistas están descontentos con la congestión en los centros de las ciudades durante las horas picos.
"Cuando manejo, prefiero tomar un camino que me permita acortar el tiempo de viaje", afirmaron más del 60% de los conductores encuestados. En Estados Unidos, Austria y Argentina, más del 40% están firmemente convencidos de que el ahorro de tiempo debe primar a la hora de elegir un trayecto.
Una posible solución
Ciudades como Buenos Aires, Dallas y Madrid ya utilizan la tecnología digital para luchar contra la congestión de las calles y avenidas urbanas. La emplean en un nuevo sistema de control de semáforos, que adapta automáticamente la sincronización de la señal a la situación actual del tráfico. Así, las congestiones pueden reducirse alrededor de un 25%.