Después de analizar varios nombres, la Agencia Japonesa de Exploración Espacial -Japan Aerospace Exploration Agency (JAXA)- y Toyota decidieron que el vehículo espacial que están desarrollando para mandar a la Luna se llame Lunar Cruiser. Sí, como que a priori parece que no se esmeraron mucho, pero mejor veamos los argumentos esgrimidos por la alianza.
¿Por qué Lunar Cruiser?
Este vehículo tripulado que utiliza la misma tecnología que los vehículos eléctricos de pila de combustible -Fuel Cell Electric Vehicle (FCEV)- fue bautizado Lunar Cruiser por la familiaridad que ofrece tanto a los ingenieros involucrados en su desarrollo y producción como al público en general. Claro, pasa que hace referencia al Toyota Land Cruiser, modelo al que Toyota asocia desde hace varios años con cualidades como calidad, durabilidad y confiabilidad, las mismas que se esperan del vehículo de exploración espacial.
La idea de vincular al Lunar Cruiser con su pariente todoterreno radica en que se tratará de un vehículo que circulará en las condiciones más exigentes de la superficie de la Luna.
¿Cómo surgió la idea de desarrollar un vehículo lunar?
El frente del Lunar Cruiser es un tributo al FJ Cruiser.
A mediados de 2019, JAXA y Toyota firmaron un acuerdo de investigación para trabajar en un vehículo de exploración lunar tripulado, con una fecha estimada de lanzamiento para después del 2025. De manera conjunta están trabajando tanto en la producción de piezas de prueba para las necesidades de cada elemento tecnológico como en el prototipo en sí.
Como parte del desarrollo se realizarán simulaciones para confirmar la potencia y la capacidad de disipación del calor durante el uso y conducción del vehículo. Además, se valorarán diferentes prototipos de neumáticos y el uso de realidad virtual y modelos a escala real para analizar la ubicación en la cabina de tripulantes del equipamiento necesario.
Hace poco más de un mes la NASA se unió al proyecto, con el fin de integrar el lanzamiento del Lunar Cruiser a la segunda parte de la Misión Artemis, pautada originalmente para 2025 pero que quizás se retrase algunos meses más.