Aunque la producción oficial del AC/Shelby Cobra se terminó hace bastante, durante los últimos 40 años, Shelby American ha licenciado lo que se llaman "modelos de continuación" que tienen permitido llevar un VIN oficial y ser parte -de alguna manera- de este exclusivo linaje.
Para muchos el Shelby Cobraes es el muscle car definitivo, un auto que cumple a cabalidad todas las máximas de un auto deportivo realmente potente:
- Es un biplaza
- Es ligero
- Lleva un enorme motor adelante
- Es tracción trasera
- Es completamente analógico
- Manejar uno sigue siendo un desafío para los más expertos.
Con motivo de los 60 años de Shelby American la marca le dará vida una vez más al Cobra, aunque solo en 10 unidades numeradas y que llevaran el famoso VIN encabezado por las letras "CSX". Esta serie de modelos se denomina "Diamond Edition" y no será apta para su uso en la vía publica, sino que solo para la pista. ¿Por qué?
El Shelby más extremo de todos
Shelby American se juntó con el equipo de Classic Restorations para fabricar una carrocería de fibra de carbono (externalizada a Brothers’ Composite), la cual pesa apenas 40 kilos.
Esta carrocería se montará sobre una estructura nueva con suspensión coilover independiente para las cuatro ruedas, así como grandes frenos Wilwood de seis pistones en todos los extremos y neumáticos BF Goodrich.
Pero lo que más asusta es el tren motriz que empleará un motor Ford Coyote de cinco litros con xompresor, dos bombas de combustible y una caja manual Magnum T56 de seis cambios. Son cerca de 800 CV que enviará este tren motriz a las ruedas traseras. O sea pueden imaginarse lo que debe ser tratar de domar 800 caballos en una carrocería tan liviana: por eso no se puede usar en la calle.
Otros detalles importantes son que la carrocería es un poco más larga que la original, para permitir un habitáculo más amplio, pero también por temas de seguridad y aislación térmica.
Este exclusivo Cobra, con la firma de Carroll y algunos detalles extra, está por reserva a un precio de 1.2 millones de dólares. Si querés ser parte de la historia de uno de los autos más legendarios de la historia, hay que pagar.