Hablar del Renault Gordini es recuperar a un auto icónico de la industria automotriz argentina, que llegó al país como Renault Dauphine (el modelo base) en 1957 y que fue producido por Industrias Kaiser Argentina desde 1960 y hasta la década del 70.
A lo largo de su historia, el Dauphine contó con varias versiones, entre las que se destacó el R-1091, denominado comercialmente como Gordini y que se destacaba por sus prestaciones motrices, que incluso lo llevaron a participar de competencias de gran relevancia, como la Mille Miglia y el Rallye de Montecarlo.
Una versión llamativa del sedán francés fue la que se produjo en Estados Unidos durante finales de los años 50, y que tuvo como protagonista a la movilidad eléctrica, tan presente en la industria automotriz actual. Veamos de qué se trató y cómo le fue en el mercado, que no estaba para nada familiarizado con este tipo de propulsión.
Renault Gordini eléctrico: Inicios
La historia del Gordini a batería comenzó de la mano de Russell Feldman, quien en la EE.UU. de posguerra se desempeñaba como presidente de la National Union Electric Corporation, firma dueña de la marca de baterías Exide y de la automotriz Henney Motor Company.
Aprovechando la posesión de ambas empresas, Feldman tomó una decisión interesante pero sorpresiva para la época: fabricar autos eléctricos. Al mismo tiempo, Renault trataba de vender el Dauphine en el mercado estadounidense, objetivo en el que no tuvo mucho éxito debido al predominio de las marcas locales y sus sedanes de gran tamaño.
Hacia los últimos años de la década del 50, Feldman le encargó a Renault 100 unidades del Dauphine. ¿Por qué se interesó en ese modelo? Fácil: a comparación de sus competidores estadounidenses, era sumamente liviano, por lo que resultaba ideal para la instalación de las baterías, que, como imaginarás, no contaban ni con el peso ni la tecnología de hoy.
Renault Gordini eléctrico: Características principales
Del modelo a batería, conocido como Henney Kilowatt, se terminaron fabricando apenas 40 unidades. Entre otros detalles, contaba con un medidor de consumo de energía, ubicado en el baúl, mientras que también podía recuperar parte de la energía durante el frenado, algo que hoy resulta usual en los vehículos eléctricos.
Del Henney Kilowatt se realizaron dos versiones, que se diferenciaron por la potencia erogada:
Henney Kilowatt A
- 12 baterías de 6V
- Potencia: 72v
- Autonomía: hasta 80 km/h
- Tiempo de recarga: entre 8 y 10 horas con cargador de 110v
- Velocidad máxima: 80 km/h
- Unidades fabricadas: 8
- Peso: 968 kg.
Henney Kilowatt B
- 14 baterías de 6V
- Potencia: 84v
- Autonomía: hasta 80 km/h
- Tiempo de recarga: entre 4 y 8 horas con cargador de 220v
- Velocidad máxima: 80 km/h
- Unidades fabricadas: 32
- Peso: 1.154 kg.
Los Henney Kilowatt se vendieron entre 1959 y 1962, pero sin el éxito esperado, por lo que buena parte de las unidades se vendieron a empresas del sector energético. En la actualidad, se calcula que diez se encuentran a lo largo y ancho de Estados Unidos, mientras que dos forman parte del Museo Renault, ubicado en Francia.