La radio AM parece cosa del pasado, no solo por su sonido, también porque está empezando a ser abandonada en los autos.
En el caso de los autos eléctricos, automotrices como Audi, BMW, Porsche y Volvo llevan años vendiendo modelos de este tipo sin receptor de AM, mientras que Tesla lo hacía en el Model S hasta 2018 cuándo comenzó a eliminarlo gradualmente.
Ahora nos enteramos que dos modelos, de tamaños, tipos, procedencias y precios muy diferentes, pero unidos por usar motor de combustión, ya no se ofrecen con radio AM: por un lado, el nuevo Polo Track, por el otro, el Ford Mustang 2024.
En el caso del VW, que vendrá a Argentina este año y se postula como el sucesor del Gol Trend podría ser entendible, pero en el caso del Mustang parece un ahorro de costos innecesario. Dije parece, porque a la clásica pregunta que me hacen en las Redes Sociales: ¿Cuánto les costaba colocar esto o lo otro? la respuesta es simple, muy poco por unidad, pero miles de millones al fin de cada año y del ciclo de vida del modelo.
Mi teoría es que se produce una duplicidad de fenómenos, por un lado colocar un receptor de AM que sea inmune a los campos magnéticos de los motores y autos eléctricos es cada vez más difícil, especialmente habiendo cada vez más unidades circulando. Como los autos comparten componentes para bajar costos por volumen de producción, es más fácil simplificar y sacarlo.
Por otro lado está el hecho de que cada vez menos gente escucha radio AM, y que los sintonizadores digitales están cubriendo cada vez más el espectro. Esto no sucede solo en Europa, sino en países como EE.UU. donde el gran alcance de la amplitud modulada cubre zonas donde no hay internet. Para ejemplificarlo, la F-150 Lightning, que tenía AM, dejó de incluirla.
Obviamente en países como el nuestro con inmensas superficies despobladas, la radio AM sigue siendo el teléfono, el Twitter y más, especialmente cuándo se pasan los mensajes al aire, pero la tendencia parece estar ya avanzada.