El mundo de la movilidad personal está en plena etapa de transformación. Casi al igual que cuando empezaron a aparecer los autos, las posibilidades son muchas, en aquel momento, combustibles, electricidad y vapor competían, hoy las cosas parecen ir directo a la electricidad, pero en el camino hay muchas alternativas.
Además de los autos híbridos y los 100% eléctricos, están los eslabones intermedios que son los híbridos enchufables (tiene motor de combustión y baterías recargables que dan una autonomía eléctrica moderada. Pero quedan otras soluciones que van desde la combusitón limpia a la gweneración de electridad onboard.
Hidrógeno: la tercera vía
Hay dos esperanzas puestas en el material más abundante del universo:
- una es quemarlo en los cilindros como el GNC y que se puede hacer una manera tan limpia que no emite CO2
- la otra es usarlo en celdas para generar electricidad.
Convencida de que las baterías no serán el único futuro de la automoción, Toyota está trabajando en ambas soluciones, inclusive produce y vende el Mirai, sedán con celda de hidrógeno que tuve oportunidad de conocer en persona e incluso acelerar a fondo en la pista de pruebas de la marca en la planta de Zárate (donde se hace la Hilux).
Celda de hidrógeno no es lo mismo que e-POWER
Quizás algunos piensen que el uso de pilas de hidrógeno es lo mismo que el sistema híbrido como el que usa Nissan.
En ambos casos:
- las ruedas son movidas solo por motores eléctricos
- hay un generador de energía a bordo
La diferencia es que en el Toyota no se usa un motor sino celadas que solo emiten agua, mientras que en otro se quema combustible en un cuatro cilindros como el de cualquier auto.
¿Cómo funcionan las celdas de hidrógeno?
Acá te explico más en detalle como funcionan las celdas o pilas de hidrógeno, pero voy a tratar de hacerte un resumen:
Básicamente cuando se combina hidrógeno con oxígeno se produce electricidad. Esto se hace mediante una membrana que captura los electrones y los canaliza hacia la batería. Al unirse el hidrogeno (H) con el oxígeno se produce (O) se forma H2O más conocido como agua.
Lo que en teoría es simple, resulta complejo en la práctica con temas relacionados con manejo de temperaturas y uso de materiales exóticos entre otros, pero funciona y el Mirai es muestra de eso.
Toyota Mirai: así es el sedán a hidrógeno
El motor del Mirai está en el eje trasero, lo que ves acá es el sistem de celda de hidrógeno que está debajo del capot
Visto en persona, el Mirai es una cruza equilibrada entre moderno, elegante y futurista. Se destaca por ser largo (casi 5 metros), bajo y con proporciones de auto de combustión con motor delantero y tracción trasera: capot largo y zaga compacta.
Curiosamente el perfil fastback, con cierto aire de A7 Sportback, no tiene portón, sino tapa de baúl normal, algo chica. Adelante se lucen las ópticas desdobladas y la trompa tipo hocico de tiburón y en los laterales se lucen las “llantotas” de 20 pulgadas.
Adentro es un Toyota grande normal, nuevamente, hay tecnología y elementos de confort modernos, pero no se va por las ramas del futurismo, o de materiales y decorados de lujo.
Lo más curioso del Mirai es el poco espacio en las plazas traseras, limitado hacia arriba por el techo bajo y en caída, y hacia los costados por el mega túnel central, alto y ancho que esconde el tanque de hidrógeno.
Acelerando el Mirai
Del otro lado del acelerador el Miray ofrece
- 184 CV y 300 Nm de torque.
- Acelera de 0 a 100 km/h en 9.2 segundos
- Velocidad máxima de 175 km/h.
- Autonomía de 650 kilómetros
¿Qué pasa cuando lo pisamos? Lo primero que hay que tener en cuenta es que pesa 1.975 kilos, por que los 184 caballos no son tantos, aunque al tener 300 Nm de torque instantáneo reacciona rápido.
En realidad, no hay nada de especial en manejar al Mirai, se siente como cualquier otro auto eléctrico y esas son buenas noticias. Te das cuenta de que estás en alago distinto cuándo ves el gráfico de la pantalla que muestra entrada de aire, tanque de gas, batería, electricidad, regeneración…
Una de las cosas que más me llamó la atención es el sonido que hacía el Mirai al acelerar, después me di cuenta de que es artificial y se puede regular desde un simple “silbido” a un rugido según el modo de conducción que elijas.
Me encantó manejar un auto bajo con capot largo, quedan cada vez menos de esa estirpe, además, el motor y la tracción son traseros, como buen auto grande. El pedal de freno es de una esponjosidad extraña y la dirección más que normal.
¿Tiene futuro el Mirai?
Me acuerdo que hace unos años, para un Salón de Buenos Aires, la marca trajo un Mirai y nos congregó a conocerlo. Mi pregunta fue simple: ¿No creen que, al paso que evolucionan las baterías y la velocidad de recarga, en poco tiempo va a ser innecesario el hidrógeno?
Pasaron muchos años y si bien los autos 100% eléctricos mejoraron muchísimo, aún son deficitarios para cubrir largas distancias. El tanque del Mirai rinde mucho (alguien logró extraerle hasta 1000 km) y se carga muy rápido, aunque el problema es dónde cargarlo.
El hidrógeno tiene varios inconvenientes, una estación de carga que entregue el gas a presión y temperatura es costosa, y además, el hidrógeno no existe en estado puro (al menos en la Tierra) y hay que “producirlo”.
Mi apuesta es que será útil y viable para flotas que tengan sus estaciones de carga, especialmente de camines o transporte. Además, hoy los e-Fuel parecen estar a punto de salvar la combustión sin contaminación y con recursos renovables.
Finalmente, hacer un Mirai es caro, y su precio de 50.000 dólares (aporx.) se debe a distintos incentivos. El auto se vende de verdad, por ahora obviamente donde hay infraestructura de recarga. ¿Qué pasará en el futuro? ¿Qué crees vos que pasará?