Ferrari acaba de cumplir el sueño de muchos de sus aficionados, tener dos pilotos Nº1 en su equipo para 2025, pero históricamente tener a dos alfa en la misma alineación no dio los mejores resultados, sobre todo en términos de la relación y el apoyo al trabajo en equipo.
Tal vez el ejemplo más claro se vivió en las temporadas de 1988 y 1989 con Ayrton Senna y Alain Prost en McLaren. Senna llegaba como la joven estrella de la Fórmula 1, un piloto muy rápido, aguerrido y con un don único para manejar rápido en lluvia.
Del otro lado estaba El Profesor, bicampeón mundial con McLaren y pieza fundamental en el buen momento que vivía la escudería británica. Tal cual, su piloto 1. Pero Ayrton no se iba a quedar de brazos cruzados y desde la primera carrera retó a Prost y no sólo eso, lo derrotó, ganó más carreras que el francés y sumó su primer título mundial. La relación de rompió totalmente luego de un choque entre ambos en Japón.
Para 1989 la situación era insostenible, Prost ganó la corona gracias a una descalificación de Senna en la penúltima carrera, otra vez en Japón, y al término del año Alain se fue a Ferrari. Cuenta la leyenda que cuando Williams lo fichó en 1993, una de las condiciones que puso para firmar fue que Senna no podía ser su compañero.
Otro ejemplo penoso fue el que vivió también McLaren, pero ahora en 2007, cuando puso en su alineación a Fernando Alonso (quien llegaba como Bicampeón Mundial con Renault) que había firmado con ellos desde antes del inicio de la temporada 2006.
En el pit continuo apareció un joven apadrinado por el director del equipo, Ron Dennis, quien prometía que iba a ser una súper estrella del automovilismo, Lewis Hamilton.
Alonso quería que se le respetara su jerarquía, pero Hamilton inició su historia en la F1 a tambor batiente y sumó 9 podios en sus 9 primeros Grandes Premios, incluyendo victorias en Estados Unidos y Canadá, lo que hizo que McLaren tratara de tenerlos en el mismo nivel.
Así comenzó una guerra interna que desestabilizó al equipo y les costó perder la Corona de Pilotos frente a Kimi Räikkönen, por un solo punto, y que apareciera una investigación por robo de propiedad privada (de Ferrari) lo que les costó se descalificados del Mundial de Constructores.
Alonso regresó a Renault para 2008 y Hamilton levantó su primer Título de Pilotos ese mismo año.
Aunque estos dos son los ejemplos más claros, en la historia hay muchos más donde el piloto 2 quiere retar al líder del equipo y todo se acaba rompiendo, se acaba el compañerismo y los aficionados tienen más morbo para ver cada Gran Premio, ejemplo Sebastian Vettel y Mark Webber o Hamilton y Nico Rosberg.
Así que aunque no podemos predecir lo que va a pasar en 2025 entre Charles Leclerc y Lewis Hamilton, sí es seguro que en algún momento habrá chispas entre ambos, y Ferrari estará en una encrucijada.
Por un lado está Charles, su niño consentido, líder del equipo desde la temporada 2020, tras sus victorias en 2019 y su mejor rendimiento que Sebastian Vettel. Ferrari ha ido construyendo el equipo alrededor del monegasco, al grado de que a veces pareciera que se olvidan de Carlos Sainz Jr.
Del otro lado, llegará al equipo el mejor piloto que ha pisado una pista de Fórmula 1 (al menos por sus números) con siete títulos mundiales, 103 victorias, 104 pole positions y casi 200 podios, quien indudablemente tendrá que tomar el lugar del piloto 1, que hoy pertenece a Leclerc.
El talento y la velocidad de ambos es innegable, pero cómo hará Fred Vasseur, jefe de Ferrari, para gestionar a estos dos pilotos es todo un misterio, por un lado, Charles tendrá la ventaja de ser quien desarrollará el monoplaza de 2025, así que será que que lo conozca mejor. Pero por el otro, no podés relegar a Hamilton al papel de escudero de Leclerc, a la espera de que no se encuentre de inmediato con el auto y eso se convierta en una pelea de gallos.