Rolls-Royce es la mayor expresión de lujo dentro del mundo automotriz, pero a algunos millonarios, con bolsillos más profundos que las Fosas de las Marianas, les puede parecer algo "común" y por eso encargan este tipo de piezas irrepetibles como este Droptail por el que se desembolsó más de 20 millones de billetes verdes.
Estos Rolls-Royce ultra exclusivos son los Drop Tail y el tercer ejemplar lleva el nombre Arcadia del que podemos empezar diciendo que su pintura es única que toma como base toma un blanco tradicional, pero con una infusión de partículas de aluminio y cristal para lograr una refracción de luz particular.
Si la pintura ya es impresionante, el mayor nivel de trabajo está en la madera que demandó pusieron 8.000 horas de trabajo entre tpara poder colocar y tratar las 233 piezas de este material que lleva el auto.
Si el trabajo de la madera parece mucho, se necesitaron cinco meses de trabajo para poder ensamblar el reloj que lleva el auto incrustado en el tablero y que además, cuesta tanto como un Rolls-Royce de acceso.
Para soportar todos sus lujos, Rolls-Royce no usó una plataforma ya existente, en su lugar crearon un monocasco único para estos Drop Tail que incluyen partes de acero, aluminio y fibra de carbono.
El impulso está a cargo del V12 biturbo de 6.7 litros con 593 CV y 841 Nm par, suficiente para acelerar a 100 km/h en menos de 5 segundos las dos toneladas del modelo y llegar hasta los 250 km/h siguiendo una de las máximas de la marca de entregar perdformance sin esfuerzo.