El segundo paso de la Fórmula 1 por Las Vegas arrancó con el pie derecho, ya que se demostró que el fin de semana de carrera le dejó a la ciudad una fortuna impresionante, tanto como para ser considerado el evento deportivo más grande en la historia de Las Vegas, e incluso superando la suma recaudada por el Super Bowl LVIII, que se realizó un par de meses después.
La segunda visita de la Fórmula 1 a esta ciudad recaudó más de 1.500 millones de dólares, con un promedio de gasto por asistente casi cuatro veces más alto que el de un visitante común a Las Vegas, generando en total unos 884 millones de dólares.
Si bien previo al evento hubo un momento en el que parecía que el GP iba a ser un fracaso por los altos precios (el costo promedio del alojamiento era de 4.100 dólares por cuatro noches), finalmente terminó recaudando una fortuna. El Condado Clark (en el que están Nevada y Las Vegas) recaudó 77 millones de dólares sólo en impuestos, una cifra nunca antes vista en cualquier otro evento de la ciudad.
Para este evento se generaron 7.300 puestos de trabajo, con 2.200 unicamente en la construcción de instalaciones relacionadas a la carrera, armado de gradas y otros. El resto tuvo que ver con hotelería, restaurantes, tiendas, transportes y otras actividades, generando al rededor de 52 millones de dólares en salarios.
Además, la Fórmula 1 cooperó de forma directa invirtiendo 88 millones de dólares en mejoras a la infrestructura de la ciudad, más otros varios millones con la compra de la zona donde se construyó el Paddock Club y los garages para los pits.
El 19 de noviembre de 2023, el aeropuerto de Las Vegas se convirtió en el segundo aeropuerto más saturado en Estados Unidos, contando unas 2.200 operaciones.
Las Vegas tiene un contrato firmado con la Fórmula 1 por 10 años, por lo que se espera que esta carrera (donde los dueños de la F1 tienen dinero metido) siga creciendo en números y espectacularidad, convirtiéndose en uno de los Grandes Premios obligados para los aficionados a la Máxima Categoría.