La historia cuenta que en el mundo del tuning, muchas veces surgen proyectos que hacen temblar hasta a los más entusiastas, y el que te traemos hoy es un claro ejemplo. Desde el sur de California, Estados Unidos, el equipo de Reyn Speed presentó en la Monterey Car Week un restomod para sacarse el sombrero: el 858 CSL, que está basado en el BMW Serie 8 E31.
Por si no lo conocías, el Serie 8 E31 fue una coupé de lujo de los años 90 con un diseño hermoso, y que en su variante más deportiva "850 CSI" contaba con un motor V12, pero ahora veremos que no es el caso de este restomod.
Para crear esta belleza retro-moderna, se tuvo que reforzar el chasis, y con respecto a la carrocería, muchos elementos ahora son de fibra de carbono, y fue realizado por el diseñador Jon Sibal. Se intentó mantener lo más posible el diseño del Serie 8 original, y el resultado es excelente, especialmente por los guardabarros ensanchados. Uno de los elementos que más se van a extrañar de este vehículo son las luces pop-up, que fueron reemplazadas por salidas de aire en el capot, desplazando las ópticas principales al paragolpes, que también fueron modificados y cuentan con un aspecto más deportivo.
Si el exterior quedó maravilloso, la mayor sorpresa está debajo del capot, ya que si bien el 850 CSI original tenía un V12 de 5.6 L, Reyn Speed Shop decidió sacarlo y poner el famoso (y controversial) V10 de 5.0 L del M5 E60, pero la cosa no termina ahí, ya que el taller aumentó la cilindrada a 5.8 litros (por eso el "58" del nombre) y lo combinó con una transmisión manual de seis relaciones (afortunadamente). La potencia no fue declarada, pero si tenemos en cuenta que el V10 original producía 507 CV y 520 Nm, nos podemos hacer una idea.
Como todo lo que acelera también tiene que frenar, y justamente este 858 no debe ser liviano y seguramente sea muy rápido, el taller adaptó un sistema de frenos deportivos Brembo, que deberían controlar mejor la situación, y se esconden detrás de las llantas hechas a medida. Sin dudas, este proyecto es único, y demuestra la atemporalidad y belleza de las líneas del Serie 8 clásico.
Test BMW 330i G20