La noticia venía resonando en el paddock desde hace meses, pero recién ahora tomó cuerpo: Isack Hadjar acompañará a Max Verstappen en Red Bull a partir de 2026, el año del gran cambio técnico.
En Milton Keynes lo ven como una pieza lista para encajar en un rompecabezas que apunta a sostener el dominio en la nueva era de unidades de potencia híbridas con Red Bull Ford Powertrains.
Hadjar no llegó hasta acá por azar. Su temporada con Racing Bulls dejó marcas profundas: puntos en diez Grandes Premios y un podio en Zandvoort que hizo ruido en Japón, en Reino Unido y, sobre todo, dentro de la propia academia. Desde ese día, la historia ya estaba escrita: si mantenía la curva ascendente, el asiento de Yuki Tsunoda quedaba sentenciado.
Laurent Mekies, referente de Red Bull, lo explicó sin vueltas. Dijo que Yuki “maduró hasta convertirse en un competidor completo”, destacó su personalidad y remarcó que seguirá ligado al proyecto. Pero el subtexto fue otro: Red Bull ya eligió al próximo talento para moldear.
HADJAR: DEL EFECTO SORPRESA AL SALTO AL EQUIPO GRANDE
Foto: Mark Thompson/Getty Images/Red Bull Content Pool.
En el comunicado del equipo austríaco, Hadjar sonó emocionado y consciente de la escala del desafío. Habló de “recompensa”, de “aprendizaje” y de la posibilidad de crecer junto a Max.
No es común escuchar a un piloto debutante mencionar abiertamente la dimensión de ese espejo. Verstappen no es solo un múltiple campeón: es un ecosistema propio dentro de Red Bull. Quien se siente a su lado debe convivir con una vara casi imposible.
Aun así, en la fábrica están convencidos de que Hadjar tiene el temple, la velocidad y la narrativa que la marca necesita para encarar la transición 2026. Si funciona, Red Bull tendrá base sólida para otra etapa de hegemonía. Si no, el ruido será ensordecedor.
LINDBLAD Y LAWSON: NUEVA VIDA PARA RACING BULLS
Foto: Mark Thompson/Getty Images/Red Bull Content Pool.
Del otro lado del portón, en Faenza, Racing Bulls patea el tablero con una dupla que huele a renovación pura: Liam Lawson -finalmente ganador de su pulseada interna con Tsunoda- y Arvid Lindblad, joya del programa junior, apenas saliendo del cascarón de la Fórmula 2.
Lindblad se ganó el ascenso a fuerza de velocidad bruta. En Red Bull quedaron sorprendidos por su madurez en tandas de pruebas, y por la forma en que asimiló la presión cuando le tocó girar en los FP1 de Silverstone y México.
Alan Permane fue directo: lo definió como “uno de los talentos jóvenes más destacados del deporte” y sentenció que la nueva dupla encarna el espíritu de un equipo que quiere evolucionar y olvidarse del estigma de ser un simple satélite.
Lawson, por su parte, respira aliviado. Después de años en la cornisa, finalmente tendrá una temporada completa para demostrar si pertenece al ecosistema Red Bull o si está de paso. La presión es total: ahora no solo tendrá que rendir, sino también liderar.
En la imagen completa, Tsunoda queda relegado al rol de reserva para ambos equipos. Un destino que nadie imaginaba hace un año, pero que expresa con crudeza la velocidad con la que se mueve el proyecto Red Bull.
UN MERCADO CERRADO Y UN 2026 QUE NACE CON RUIDO
Foto: Mark Thompson/Getty Images/Red Bull Content Pool.
Con el anuncio de Red Bull y Racing Bulls, la parrilla 2026 queda sellada. Cadillac entra al Mundial y eleva el número a once equipos, pero la historia grande pasa por otro lado: la grilla se renueva como no ocurría desde 2019, con un recambio generacional que coincide justo con el reglamento técnico más disruptivo de la última década.
Hadjar y Lindblad, dos chicos que crecieron viendo a Verstappen romper récords, ahora serán medidos con esa misma vara. No es un detalle menor: la Fórmula 1 jamás fue tan implacable con los debutantes.
Pero antes del shock del 2026, queda un capítulo más: la definición del título en Abu Dhabi, una final a tres bandas que se juega este fin de semana y que pondrá a prueba a Verstappen, Lando Norris y Oscar Piastri.
Mientras tanto, el futuro ya se escribió: Red Bull acelera su propia revolución y Racing Bulls cambia de piel. El 2026 todavía no empezó y ya huele a temporada inolvidable.
Fuente: Automundo
