Las Vegas, Nevada. General Motors de México tiene una amplia lista de presentaciones en ese país y la cereza del postre será el arribo a tierras aztecas del Corvette más poderoso jamás fabricado, el ZR1 o también conocido como Blue Devil.
El Chevrolet Corvette ZR1 se ganó la denominación de Blue Devil (Demonio Azul) en el 2007-2008 cuando el vehículo se encontraba en desarrollo, en aquel momento se rumoraba que GM estaba desarrollando un súper Corvette, aunque el fabricante siempre lo negó, pero las numerosas fotos espía que delataban su existencia siempre mostraron un modelo azul eléctrico camuflado en partes como paragolpes y capó que presentaban algunos rasgos que permitían suponer una mayor potencia y capacidad de frenado.
El Corvette ZR1 no solo se trata del escalón más alto en la gama Corvette, es en realidad un triunfo de la ingeniería que ha permitido a Chevrolet demostrar que no solo sabe hacer vehículos potentes y de gran cilindrada, sino que tiene toda la capacidad de desarrollar productos con todos los argumentos para medirse con las creaciones más exóticas y costosas de firmas como: Ferrari, Aston Martin, Porsche, etc. Dicho de otra manera, a diferencia de un Corvette tradicional, este modelo ZR1 no solo equipa un potente motor, sino que cada componente ha sido desarrollado con el único fin de arrasar a cualquier rival sin importar en qué circuito o camino compitan.
Empezando por el motor de nombre código LS9, que es un bestial V8 de 6.2 litros con compresor mecánico que entrega 638 CV y 818 Nm de torque que es ensamblado a mano en las mismas instalaciones donde fabrican los motores para el exitoso Corvette que compite en las categorías de turismos de Le Mans y American Le Mans con gran éxito y dominio sobre autos como Ferrari, Lamborghini, Aston Martin o Spyker por mencionar algunos. Dicha mecánica se acopla a una transmisión manual de seis velocidades que envía toda la fuerza al eje posterior. Pero como había mencionado anteriormente, el Chevrolet Corvette ZR1 no es solo un gran motor, también ha sido dotado de una suspensión magnética adaptativa que es capaz de modificar su rigidez en tiempo real en función de la demanda, esta tecnología desarrollada por Delphi se vale de unos amortiguadores cargados con un fluido de propiedades magnéticas que al recibir cargas eléctricas puede oponer más o menos resistencia al recorrido.
Adicionalmente también se encuentran otros elementos como el sistema de frenos carbono–cerámicos de serie desarrollado por Brembo con los discos más grandes solo por debajo de los empleados en el Bugatti Veyron, así como componentes fabricados en fibra de carbono como el techo, los paragolpes o el capó que dicho sea de paso tiene una ventana de policarbonato que permite ver la tapa de cilindros.
Todo lo anterior se traduce en un auto simplemente impresionante, que se comporta completamente distinto que cualquiera de sus hermanos menores, es decir el tradicional nerviosismo del Corvette ha desaparecido. El ZR1 desde el primer acelerón nos avisa que se trata de un animal diferente, con el motor más elástico al que le hayamos puesto las manos encima –o mejor dicho el pie derecho-, ya que no solo ofrece excelentes niveles de torque a bajo régimen de giro, sino que a medida que pasamos al rango medio y gracias a la asistencia del supercargador se vuelve violento con una capacidad de aceleración que solo nos puede remitir al momento en que el Halcón Milenario de Han Solo entraba en el hiperespacio. Aún así, conforme aumentamos la velocidad de giro del motor el soplido del compresor se va diluyendo en el bramido ronco típico de un ocho cilindros de altas prestaciones. En resumidas cuentas, el LS9 es perfectamente capaz de salir de una curva cerrada a 2.000 rpm, volar a 4.000 por las curvas rápidas o llegar al final de las rectas casi a 8.000 siempre entregando niveles ideales de potencia, una auténtica joya.
Pero como bien dicen los que saben, un motor realmente potente debiera ser una consecuencia de contar con tren motor perfectamente balanceado y capaz de explotarlo, en el caso del Chevrolet Corvette ZR1 es así; la dirección es rápida y precisa, la suspensión adaptativa entrega niveles de grip prácticamente interminables, así como unos frenos que no se fatigan nunca, hacen de este auto uno de los mejores deportivos que el dinero puede comprar, el desempeño que entrega el ZR1 en relación con su precio lo deja muy bien parado en comparación con sus exóticos competidores italianos, alemanes o ingleses.