Autocosmos.com fue el primer medio de internet en probar el FIAT 500 “made in México” en el país azteca, justo antes que la marca lo presentara a la prensa nacional. Ahora, lo manejamos en Argentina, en versión 1.4 Fire Evo Cult, para comprobar sobre nuestro asfalto que revalida todo lo apreciado en aquella prueba.
Presentación
El Fiat 500, que anteriormente nos venía de Europa, ahora es fabricado en México para su introducción en los EE.UU. y el resto de América. Como a nuestro país se importa sin pagar el 35% de impuesto “extra zona” se puede ofrecer en Argentina a un precio más competitivo que el que tenía hasta ahora.
Producida exclusivamente en Polonia, la actual serie ha sido reemplazada por esta que, adaptada al siempre cortejado mercado del país del norte. Ello para seguir un plan estratégico desarrollado por Fiat (la dueña ahora de gran parte del paquete accionario de Chrysler) que tiene por finalidad implantarse con firmeza en EE.UU. en una plaza que está recibiendo (como en el siglo pasado lo hizo con el VW Escarabajo) a ejemplares de subcompactos no convencionales, como el Smart, el Ford Ka y el Mini.
Las principales diferencias entre la versión el “cinquecento” que hasta ahora nos llegaba de Europa y ésta son retoques para adaptarlo a las reglamentaciones de tránsito de los EE.UU., a sus normas de seguridad, y porqué no, al gusto de los usuarios norteamericanos. Por ejemplo, se destaca el agregado de las luces colocadas en ambos extremos de los paragolpes y, como detalle, se modificó el portón posterior para incorporar la patente norteamericana, de distinta medida que la europea.
Diseño
Estéticamente y a grandes rasgos, resulta el mismo que ya habíamos conocido: una volumetría muy particular, con un buscado aire retro que remite inmediatamente a los 500 y 600 de mediados del siglo pasado, el que comienza con el frontal que muestra cierto modernismo en los faros ovalados complementados por otros circulares más pequeños. La parte superior de la trompa es sólida con una muy pequeña abertura horizontal y a diferencia de los originales de entonces que tenían motor trasero, agrega una gran toma de aire en la parte baja, lo que le da una cierta agresividad al frente.
De costado, la línea de cintura se eleva moderadamente hacia la cola, mostrando una gran puerta y una pequeña segunda abertura vidriada (fija) de forma casi triangular. Las llantas de aleación son de nuevo diseño. En la vista trasera, el portón de medidas proporciones se remata en lo alto con un aleroncito sobre la luneta. Las ópticas muy discretas en grupos verticales quedan fuera de la tercera puerta, insinuando la altura del piso del baúl; debajo de ella, el abultado plano que actúa como paragolpes, lleva unos elementos decorativos que pretenden ser salidas de aire.
Carrocería e Interior
El habitáculo muestra una buena percepción de calidad, con materiales bien encastrados y agradables al tacto. En este aspecto se encuentran cambios en apenas algunos detalles menores, novedosos en la actual generación, como las teclas levanta vidrios y la tipografía del tablero.
Adentro, la butaca del conductor y el volante se regulan en altura para que el conductor encuentre una correcta posición de manejo. Los comandos están al alcance de la mano y en posiciones intuitivas, excepto los de las teclas de los alzacristales que están ubicados en la consola central, a los costados de la palanca de cambios y obligan a una búsqueda a la que habrá que acostumbrarse.
Como es de esperarse, la habitabilidad de las plazas traseras es bastante acotada debido a las pequeñas dimensiones del vehículo y el baúl (185 litros) también es reducido en volumen. Pero este vehículo de aire juvenil, está alejado de las pretensiones de comodidad en cuanto a la cantidad de pasajeros, que se le exige a un vehículo destinado a la familia. Acá va bien una pareja o dos amigos y los de atrás… que se las arreglen.
Las llantas son de 15 pulgadas y los neumáticos son 185/55, en tanto que rueda de auxilio es de uso temporal, hecho que no nos termina de convencer.
Equipamiento y seguridad
El equipamiento de seguridad supera claramente la media de lo que ofrecen los de su segmento. La versión Cult ofrece de serie elementos como doble airbag frontal, frenos ABS con repartidor electrónico (EBD) y discos en las 4 ruedas, controles de tracción (ESP) y estabilidad (ASR), anclajes Isofix para sillas de niños y asistente al arranque en pendiente (“hill holder”), entre lo más destacado.
En el rubro confort, el Cult ofrece aire acondicionado manual, radio con CD-MP3 integrada y conexión auxiliar, computadora de a bordo y pack eléctrico completo, entre otros, además de una larga lista de opcionales, que para esta versión consiste en techo solar eléctrico, control de velocidad crucero, conectividad Bluetooth, puerto USB y comandos de radio en el volante.
La gama se caracteriza, también por múltiples alternativas estéticas de personalización, entre los que se destacan 23 accesorios para elegir, 13 colores disponibles de carrocería y 11 combinaciones para el interior (tapizados, consola, paneles y otros detalles).
Mecánica y prestaciones
En cuanto a las dimensiones, la nueva versión es apenas un centímetro más corta y tres más angosta que la europea, con 3,55 m de largo y 1,64 m de ancho. La altura se mantiene en 1,49 m y la distancia entre ejes, en 2,30 metros. Las ópticas delanteras y traseras tienen nuevo diseño y también hay cambios en los paragolpes. Mientras tanto, la estructura se presenta con cambios en el esquema de suspensiones, que, entre otras cosas, se le elevó el despeje en 10 mm.
Acá se ofrecen cuatro versiones, de las cuales la base es la denominada Cult, que probamos. Las restantes tres, incorporan motores de la misma cilindrada pero de 16 válvulas y veinte caballos plus de potencia. Los Cult son equipados por el aquí muy conocido impulsor naftero 1.4 Fire Evo de 85 caballos, Euro 5, de tan sólo 8 válvulas. La potencia máxima y el torque conseguidos a partir de un régimen elevado, condiciona al motor para andar a un régimen elevado si se pretende un comportamiento ágil y dinámico.
Esta variante con caja manual de 5 velocidades, tiene un buen desempeño en el tránsito urbano, aunque con valores de consumo algo elevado por tratarse de un motor de apenas 1.368 cm3. Para cuantificarlo, anotamos que el rendimiento en ciudad resultó de poco menos de 9 kilómetros por litro.
En cuanto al andar, el 500 mejoró notablemente en confort de marcha; ahora se lo nota un poco más inestable a altas velocidades, en las que la marca final resultó de 171,4 km/h, y la aceleración de 0 a 100 la obtuvimos recién pasados los 12 segundos.