En los 90s se produjo el estallido de los MPVs medianos, en el que militó el Chevrolet Zafira, primero de su segmento en ofrecer 7 asientos y un sistema denominado Flex, que permitía esconderlos fácilmente en el piso del baúl.
Acercándonos más hacia el presente, el segmento de los MPVs medianos fue decayendo para ver el surgimiento de los monovolúmenes compactos. Chevrolet otra vez estuvo presente con el Meriva. Ahora es el turno del Spin, que reemplaza ambos MPVs del moño, ofreciendo 7 asientos.
Técnica y mecánica
El nuevo Spin comparte plataforma con el Cobalt, sedán que se sitúa entre los compactos Aveo y Sonic, y el mediano Cruze, cuyo concept fue presentado en el pasado Salón de Buenos Aires.
Sus medidas dicen que es más largo que el Zafira (+43 mm), pero es más angosto (-5 mm) y tiene menor distancia entre ejes (-74 mm). Comparado con el Meriva, obviamente es más grande, pero sus dimensiones lo ubican más cerca del segmento compacto que del mediano.
Mecánicamente no innova con suspensiones McPherson adelante y con barra de torsión atrás. El motor es el conocido 1.8L 8V de 105 CV asociado a transmisión manual de 5 velocidades o automática de 6, que supone un avance sobre el segmento.
Diseño
Extraer belleza de un vehículo destinado a cargar mucha gente no es tarea fácil, ya que el formato ideal se debe asemejar lo más posible a una caja de zapatos. En este caso, Chevrolet se las ingenió para hacer el frente atractivo, con una línea alta y sólida comandada por al inmensa parrilla en forma de escudo y grandes grupos ópticos.
En el lateral aparecen dos nervaduras curvilíneas que delimitan ambos guardabarros agregando estilo. El plano posterior (y sus diagonales) es el menos agraciado, muy voluminoso con la prolongación del techo hasta el plano de corte, con luces pequeñas, y apenas aligerado por la tercera ventanilla.
Interior
La cabina del Spin acomoda tres filas de asientos, la última para dos personas y la del medio con capacidad para tres, aunque carece de apoyacabezas y cinturón de tres puntos en la plaza central, un típico faltante de los compactos made in Mercosur. Acceder al banco posterior requiere mover una palanca para reclinar el respaldo y luego otra para levantar todo el asiento central (dividido asimétricamente).
El espacio detrás de todo es limitado a infantes o para traslado ocasional de adultos. Con todos los asientos en posición, el espacio de carga se ve limitado, pero crece reclinando el respaldo y aún más plegando toda la 3ª fila. Lamentablemente, no se esconde en el piso como en la Zafira robando espacio a un baúl que igualmente es amplio con 710L declarados, unos 110 más que en el MPV mediano que reemplaza.
Los plásticos respetan la norma del Mercosur, duros al tacto y bien trabajados desde el aspecto de las superficies. Los encastres son irregulares, con secciones que tienen mayor luz que otras, una lástima ya que el diseño es atractivo, respaldado por un trabajo en dos tonos entre la franja central y el resto.
Si bien no gusta a todo el mundo, el cuadro de instrumentos con tacómetro analógico y pantalla digital es un soplo de aire fresco y fácil de leer. El estéreo suena bien, es fácil de usar y conecta por USB, Aux y Bluetooth. El único pecado es la falta de espacios cerrados para guardar cosas con una guantera con tapa pequeña, al que se suman diversos portaobjetos a cielo abierto. Un cajón debajo de los asientos hubiera sido muy bien ponderado.
Dinámica
En ciudad el Spin llama la atención por su sensación de auto grande, se mueve en silencio, con movimientos acompasados y buen confort de marcha. Recurrir al 1.8L fue una buena idea, aunque consuma más que un moderno 1.6L 16V con igual o más potencia, tiene buena fuerza desde bajas vueltas, acompañado por una caja de relaciones cortas.
En ruta conserva el confort y se desplaza con bastante aplomo para un vehículo alto, afectado especialmente por los vientos laterales o el paso de camiones. La 5ª corta se empieza a sentir a partir de los 130 km/h cuando el motor ya trabaja a 4.000 giros. La aislación acústica es buena, especialmente respecto del viento, ya que a esa velocidad, el zumbido del motor se empieza a colar en la cabina.
Tratándose de un vehículo familiar, decidimos no hacer maldades veloces en curvas cerradas, en esos casos el Spin va a mostrar un marcado rolido, pero podemos asegurar que es lo suficientemente estable en curvones, aún un poco sobre los límites de velocidad.
El asiento del conductor está muy alto -aún en la posición más baja- y es corto, el volante tiene sólo regulación en altura, pero la posición de manejo es cómoda. La dirección tiene buena consistencia y la selectora de cambios es de acción correcta para un familiar.
Conclusiones
El Spin es un producto válido, que se coloca en los niveles de la Zafira en cuanto a capacidad para transportar personas, pero queda debajo en el aspecto dinámico; después de todo se trata de un compacto crecido y no de un vehículo mediano. El consumo es elevado, pero correcto pensando en su altura, tamaño.
Respecto del interior, hay que volver a remarcar la falta de apoyacabezas y cinturón de tres puntos en la plaza central, y el espacio del baúl que roba el tercer asiento al estar plegado. Algún artilugio como el legendario Flex hubiera sido ideal. El plegado y reclinado de asientos es fácil y eso es importante en un vehículo donde la modularidad es importante.