Antecedentes
Anunciada en avant premiere por Ford antes del Salón de BA y ahora en la muestra más importante de autos de nuestro país, la tercera generación del Focus busca establecerse como la referencia del segmento, mejorándo en prácticamente todos los ámbitos.
A la espera de la llegada a las calles del Focus III producido en Pacheco, Buenos Aires, Argentina, aprovechamos la presencia de Autocosmos en toda América Latina para subirnos a uno en México y anticipar lo que se viene para nuestro país.
Características Técnicas y Mecánicas
Si bien aún no se sabe que motor traerá el Focus argentino, manejamos una versión dotada de un cuatro cilindros, 2.0 litros con inyección directa GDI y sistema de apertura variable de válvulas Ti-VCT. El resultado son 160 CV y casi 198 Nm de torque al mismo tiempo que ofrece un rendimiento combinado de combustible de hasta 17 Km/l en el ciclo EPA.
La transmisión que probamos en México es una Powershift (doble embrague) de seis cambios que es una de las grandes contribuciones para mantener bajo el consumo. La dirección cuenta con asistencia eléctrica, por lo que se evita la tradicional carga adicional al motor que representan los sistemas tradicionales. La suspensión es independiente, McPherson adelante y multibrazo atrás.
Confort
El as bajo la manga del Focus III se encuentra en el interior. El elemento más notable es sin duda el MyFord Touch, un sofisticado sistema que gracias a una pantalla táctil de ocho pulgadas permite al usuario controlar aspectos como el teléfono, audio, clima, luz ambiental y navegación. Todos los elementos antes mencionados también pueden ser manipulados mediante los controles de cinco vías ubicados en el volante.
Adicionalmente, podemos encontrar un climatizador dual, cristales y espejos eléctricos, computadora de viaje, control de velocidad crucero, techo, asientos en cuero con ajuste eléctrico para el conductor y sensores de estacionamiento con cámara de reversa.
Por último, también se destaca la presencia del sistema de estacionamiento automático Autopark, anunciado en la avant premiere del modelo, que permite al vehículo estacionarse solo, dejando al conductor la única tarea de engranar el cambio y controlar los pedales de acelerador y freno.
Manejo
Tras el volante, el Ford Focus III resultó ser un producto redondo. Es refinado, silencioso y confortable, con una calidad de marcha sobresaliente.
Cuando ubicamos la palanca de cambios en la posición “D”, el ajuste de la transmisión está completamente enfocado a proteger el consumo, así que efectúa los cambios rápidamente y a bajo régimen de giro. Lo anterior pudiera confundir al conductor con una falta de potencia por parte del motor, pero sólo basta poner la palanca en modo Sport y la caja automáticamente permite al 2.0 litros girar libremente hasta por encima de las 6.000 rpm demostrando una faceta diferente con aceleraciones que si bien no son para espantar a nadie, son bastante contundentes.
Una vez en ruta, el Focus III se planta con bastante aplomo, permitiendo velocidades por encima de los 160 Km/h sin ningún problema y encontrando sus límites seguros en la frontera de los 200 Km/h. La capacidad de curveo es buena, con un comportamiento predecible y noble gracias a la geometría multilink del eje posterior.
Los frenos por su parte presentan una resistencia a la fatiga bastante razonable, aunque si se exige demasiado del pedal, la reacción no será la adecuada, pero para llegar a ello hay que realmente abusar del pedal central del Focus.
Conclusión
El Ford Focus III podría establecerse como la referencia del segmento, ningún otro producto ofrece este balance entre tecnología de conveniencia, calidad de materiales y ensamble, así como un conjunto mecánico tecnológicamente avanzado y refinado.