BMW lleva vendidos más de 1.3 millones de X5 desde su introducción en 1999, convirtiéndose así en un producto clave dentro de su gama de modelos. A diferencia de los SUV, los SAV (Sport Activity Vehicle) –de acuerdo a BMW- están más enfocados al manejo en ruta, con cierto toque deportivo.
Esto le ha dado muy buena reputación ya que la mayoría de los clientes de “camionetas” nunca explotan las capacidades off-road de sus vehículos. Si bien, el X5 siempre ha sido capaz fuera del camino, nunca estará cerca de otros desarrollos específicamente pensados para el 4x4.
Para la tercera generación de este producto, BMW quiso mantener esa identidad estética que ha caracterizado al X5 y de la cual se han desprendido otros productos como los X6, X3 y X1. Esto nos quedó muy claro cuando vimos las fotografías por primera vez y todavía más cuando la pudimos observar de cerca en el evento de lanzamiento en Vancouver, Canadá, al cual asistimos para conocerla.
En primera instancia uno piensa: ¡es igual! Pero por fortuna, durante el mismo evento, la pudimos comparar lado a lado con la anterior generación y podemos asegurar que es completamente distinta.
Las diferencias estéticas más grandes son los faros que llegan hasta las parrillas en forma de riñón, el frente más vertical que en la anterior generación, los rompeniebla colocados más arriba, la iluminación completamente por LEDs, la incorporación de los nuevos Air Breather (que dirigen el aire desde el frente a través de la rueda, saliendo por el guardabarro frontal para eliminar la turbulencia que causan las ruedas) y más líneas horizontales en la parte trasera –también en las luces- para dar la sensación de poder y hacerla verse más ancha de lo que en realidad es.
Probablemente a esta altura te preguntarás ¿es realmente un producto nuevo? La respuesta es sí y no. La plataforma sigue siendo la misma, tiene las mismas dimensiones etc. pero los cambios son tan profundos que las piezas no son intercambiables entre una generación y otra. La arquitectura de la suspensión es completamente distinta, el piso del auto ahora está sellado para evitar el arrastre aerodinámico, etc.
El interior es completamente distinto, con la acostumbrada atención al detalle y los materiales de la mejor calidad posible. El diseño del tablero es muy horizontal para dar la sensación de mayor amplitud, con detalles en madera que continúan hasta las puertas, detalles en metal galvanizado y plástico en acabado negro piano.
La nueva generación del sistema de info-entretenimiento iDrive, ahora permite al conductor introducir una dirección por ejemplo, con sólo escribir letra por letra en la parte superior de la perilla. Esto mejora la usabilidad y permite que el uso del navegador GPS sea más seguro ya que no tenés que quitar la vista del camino para hacerlo. Además, ahora cuenta con visión nocturna que detecta objetos, animales y personas y también se apoya del sistema de iluminación de LED para alumbrarlos y sea más fácil verlos cuando se maneja de noche. Otro cambio que parece no muy importante pero es igual de útil es que ahora el Head-Up Display muestra la información del sistema de entretenimiento, de esta forma el conductor puede cambiar de estación o de canción sin quitar la vista del camino.
Ahora, el sistema de estacionamiento es 100% autónomo lo que significa que controla además de la dirección, los pedales de acelerador y freno para lograr una maniobra de estacionamiento sin problemas. El sistema de audio es Bang & Olufsen para garantizar la mayor fidelidad posible.
La puerta del baúl se abre –como ha sido tradición en el X5- en dos partes y ahora es eléctrica. La tercera fila de asientos es opcional y los asientos se pueden abatir de forma 30-40-30 para ampliar la capacidad de carga de 600L hasta 1.890L (es 120L más grande que la generación anterior).
En cuanto a la parte técnica, el nuevo BMW X5 integra en su versión tope, el sistema de suspensión activa que modifica la firmeza de la misma en milésimas de segundo y compensa el movimiento de la carrocería al tomar una curva. Esto se traduce en un manejo más dinámico –algo que pudimos comprobar en una ruta sinuosa cerca de Vancouver, Canadá- pero también más cómodo.
El sistema de tracción integral Intelligent All Wheel Drive XDrive fue optimizado para obtener más tracción sin importar la situación a la que se enfrente y se nota más enfocado al manejo en pavimento que fuera de éste.
Sin importar la opción del motor, el nuevo BMW X5 estará acoplado a la excelente, rápida y muy cómoda transmisión ZF automática de ocho velocidades la cual permite tener el sistema de Auto Start/Stop y el desacoplamiento para el “Sailing mode” que desconecta por completo el motor para ahorrar combustible en una bajada prolongada y hasta los 160 Km/h.
Probamos la versión dotada del 4.4L V8 Twin-Power Turbo que entrega 450 CV. La conjunción entre motor y caja es excelente ya que aprovecha muy bien la potencia y torque pero sin tener que revolucionarlo mucho, ahorrando significativamente combustible. Los modos de conducción Eco Pro, Confort, Sport y Sport+ son realmente diferentes, modificando la suspensión, la dirección, la respuesta del acelerador y el comportamiento de la caja de acuerdo al uso que se le quiere dar.
Las mejoras hablan por sí mismas, con un aumento del 10% de la potencia pero un ahorro de hasta el 16% de combustible. El peso también se redujo, pero con el aumento de equipamiento y gadgets nuevos, se ha mantenido prácticamente igual. Lo que sí, se nota mucho más entusiasta, ágil y ligero (pesa 2,145 Kg).