Las comparaciones son odiosas y este modelo sí que las tuvo. “Se parece al X3, tiene rasgos del X5”… era lo que se decía después de ser develado en el Salón Internacional del Automóvil de París 2008. Sin embargo, el X1 Concept sacó toda la chapa de la casa bávara para encantar. Su frontal era ancho, lo cual le daba un aspecto robusto y a la vez potente.
Su elegante estilo, la promesa de brindar placer al conducir en la ciudad y facilidad para “transformarse” en la ruta y en caminos de tierra, hicieron que la decisión de su producción en masa no tardara más de un año. Los primeros detalles que se dieron a conocer fueron su color dorado y las llantas de 19 pulgadas con un distinguido diseño de 10 radios.
El motor naftero de la X1 fue un seis cilindros en línea atmosférico de 3.0 litros con inyección indirecta que generaba una potencia de 254 caballos de fuerza. A su vez, se desarrolló un impulsor turbodiésel de 2.0 L con turbo de geometría variable, inyección directa commonrail e intercooler, que se ofreció con varios tipos de potencia: 140, 174 y 201 CV.
Con todo esto, salió al mercado para hacerle frente a la Range Rover Evoque, Mercedes-Benz Clase GLX y a la Q3 de Audi. Radical pariente de la “familia X” que buscó tener éxito en los jóvenes con vidas al extremo pero que vivían en la ciudad, logró su objetivo, a tal punto, que sigue vigente y con más sorpresas para dar.