Hasta ahora, los ciudadanos cubanos podían vender y comprar entre sí sus vehículos a precios fijados por el Estado, pidiendo una autorización especial a la Secretaría de Transporte. Esta medida data desde la revolución cubana del 1 de enero de 1959, cuando el Ejército Guerrillero comandado por Fidel Castro y el argentino Ernesto “Che” Guevara derrocaron al dictador Fulgencio Batista, dándole inicio al único estado vigente plenamente socialista del continente americano, que sufre un duro embargo económico de parte de los EE.UU. desde los años 60.
En consecuencia de esto, el parque automotor cubano es uno de los más antiguos del planeta, un verdadero museo móvil que ya es una postal clásica de las ciudades. Pero esa imagen está a punto de cambiar, ya que ahora los cubanos podrán ingresar tanto vehículos nuevos como usados y comercializarlos entre particulares a precios de mercado sin la intervención del estado.
Esta medida incluye a personas naturales cubanas y extranjeras, a personas jurídicas extranjeras y al cuerpo diplomático en la venta minorista de motos, autos, vans, camionetas y micros, sean nuevos o de segunda mano.
Si bien no parece probable que la isla se llene de autos 0Km, posiblemente haya una expansión importante en el mercado de usados, no nos olvidemos que a los mecánicos cubanos les sobra pericia para mantener andando a vehículos cuya vida útil ya caducó hace tiempo.
Esta medida es un broche para un 2013 de varias reformas, como la liberalización de los viajes desde y hacia el exterior para los cubanos y la intención de acabar con la dualidad monetaria. Quizás se pierda ese encanto de tomarse un taxi y que parezca un viaje en el tiempo, pero es una buena noticia para los habitantes el poder contar con autos más modernos, seguros y eficientes en la isla.