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Devoramos asfalto con la gama VW Golf en Cafayate

Probamos las virtudes de los Golf, incluyendo al GTi, en uno de los mejores caminos para ponerlos a prueba.

Devoramos asfalto con la gama VW Golf en Cafayate

A poco más de un año del arribo al país en su versión hatchback, el Volkswagen Golf ya conformó una familia sumando las versiones Variant y el clásico de clásicos, GTi. Y si hay algo que distingue a todos estos modelos es que además de ser refinados, ofrecen ese plus de placer para quién va detrás del volante.

Consciente de lo anterior, la marca organizó la Caravana Golf invitando a la prensa para manejar la gama en la ruta que une la ciudad de Salta con Cafayate, casi 200 km de asfalto serpenteante, con zonas rápidas y otras de retorcido faldeo.

Si crees que un auto familiar es aburrido y que 140 CV van a ser pocos, te podemos decir que sucedió todo lo contrario

En el primer tramo nos subimos a la versión Variant con el motor 1.4L turbo y caja manual de 6º. Si crees que un auto familiar es aburrido y que 140 CV van a ser pocos, te podemos decir que sucedió todo lo contrario. El Golf Variant acelera tan bien y encara curvas con tal franqueza que te vas a olvidar que estás en una rural. Este buen comportamiento no solo se basa en las recuperaciones cortesía de sus 250 Nm de torque o en el agarre, también está en elementos clave como la posición de manejo baja y en el correcto tacto de dirección y selectora de cambios.

A la vuelta fue la hora de ponernos al volante del Golf GTi. Acá las cosas se aceleran –mucho- cortesía del 2.0 TSi que entrega 220 CV y 350 Nm de torque a una caja doble embrague de 6 cambios. La aceleración es tal, que nunca tuvimos problema para hacer un adelantamiento en los breves espacios de la ruta donde estaba permitido, solo había que pisar el acelerador y ya estábamos adelante. Eso si hay que tener cuidado y mucho autocontrol porque el escape del GTi puede funcionar como el canto de una sirena con un sonido adictivo que cerca del corte explota como si fuera una vuvuzela alimentada por nafta.

El escape del GTi puede funcionar como el canto de una sirena, con un sonido adictivo

Lo interesante es que tanto en la versión familiar como en la deportiva, el Volkswagen Golf se mostró confortable, obviamente más áspero en el caso del GTi, pero siempre dentro de niveles gentiles con las osamentas y órganos internos de quienes viajamos dentro.

Para completar el panorama, deberíamos habernos subido a la versión 1.6L de 110 CV, pero ya lo habíamos hecho en este mismo camino en 2015 durante su lanzamiento. Sin embargo, no hay que perderla de vista porque la versión Variant está a punto de incorporarlo en su oferta, y si bien no va a aportar la contundencia del 1.4 TSi, va a ser más que apto para el uso familiar.

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