Estados Unidos es uno de los mercados más importantes del mundo automotriz, en gran parte, gracias a las opciones de créditos y financiamientos ofrecidos en el país del norte. Sin embargo, tal vez esto sea un arma de doble filo que amenaza con hacer explotar ese sector económico. La gran cantidad de dinero que se mueve, sumado a las dificultades de pago, hacen que hoy las casas de créditos y los fabricantes se encuentren en una encrucijada.
De acuerdo con los monitoreos e informes de las tendencias de crédito para consumidores y empresas, al día de hoy la adquisición de vehículos por medio de créditos alcanzó niveles nunca antes vistos. En total, se deben USD 1.070 millones en carácter de préstamos, lo que representa un grave problema para las instituciones financieras y fabricantes de automóviles, debido al incremento en las tasas de interés.
Lo anterior también supondría una dificultad para los consumidores de bajos ingresos al no poder pagar los préstamos de sus autos por la falta de liquidez. Según Bankrate, a mediados del mes de diciembre la tasa de interés promedio de un préstamo de automóvil nuevo a 60 meses ha aumentado de 4.27 a 4.44%. A esto se suma que el préstamo promedio llegó a USD 30.621, otro récord, con un promedio de pago mensual de USD 506 dólares, 13 más que en 2015.
Ante esta situación de extender los pagos a más meses para reducir la factura mensual, la morosidad de 30 días subió alrededor de 2%, en tanto que la morosidad de 60 días subió a cerca de 1%. Según Bloomberg, la morosidad entre los consumidores con bajos puntajes de crédito es la más alta desde 2009.