Este Porsche 909 BergSpyder fabricado en 1968 puede no ser de los vehículos más exitosos de la marca, pero su ligereza se destaca entre sus prestaciones, al grado que al día de hoy lo colocan como uno de los autos de carreras más livianos de la historia. Fue desarrollado para las competencias de escalada de montañas ("Berg" en alemán es montaña), y su primer gran objetivo fue competir contra el proyecto de Ferrari que se avizoraba como uno de los autos más rápidos de la época, la 212E.
Ante esto, Ferdinand Piëch trabajó en el desarrollo de un auto de carreras que fuera imbatible a partir de una ligereza extrema ¿Qué tanto? Apenas 375 Kg, poco más que una Harley Davison grande. Esta bajísima masa se explica con un chasis de aluminio, puntales de titanio y otros materiales ligeros, y fue equipado con un boxer de ocho cilindros de 2.0L con 275 CV. Llevado a la acción, en solamente 2,1" alcanzaba los 100 Km/h desde el reposo.
Además de todo eso, también fue extremadamente exclusivo, ya que se fabricaron sólo dos unidades.
Porsche 909