Luego de la victoria electoral el pasado 22 de octubre, el gobierno nacional encabezado por Mauricio Macri activó varias propuestas antes resguardadas. Una de ellas es la reforma tributaria, con Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda, como principal referente. Entre otros rubros, la reforma afecta directamente a la industria automotriz, y el primer borrador del proyecto trae algunas cuestiones que ameritan un análisis.
El nuevo orden
tendría como contracara el incremento en varios modelos
Como vemos en el cuadro, los impuestos a autos y motos de la denominada gama media pasarían de un 10% a 0%, mientras que las motos de alta gama verían sus alícuotas incrementadas de un 10% a un 20%. Los precios establecidos en la gama media de autos, que van de $380.000 a $800.000, son los mayoristas, que se traducen en una franja de $520.000 a $1,2 millones –aproximadamente- de precio final a público.
Autos (precio mayorista) |
Alícuota hoy |
Alícuota propuesta |
---|---|---|
Comerciales y gama baja (<$380.000) |
Exentos |
Exentos |
Gama media ($380.000 - $800.000) |
10% |
0% |
Gama alta (>$800.000) |
20% |
20% |
Motos |
Alícuota hoy |
Alícuota propuesta |
Gama baja (<$70.000) |
Exentas |
Exentas |
Gama media ($70.000 - $140.000) |
10% |
0% |
Gama alta (>$140.000) |
10% |
20% |
Nota: Exento y 0% no es lo mismo. El gobierno puede por decreto aumentar el porcentaje, al igual que la base no imponible. La exención, por su parte, requiere del visto bueno del Congreso. |
Si bien este cambio produciría una reducción inmediata en el precio final de varios modelos “premium” tendría como contracara el incremento en varios modelos “generalistas” que se encuentran al límite de la frontera impositiva actual como los topes de gama de vehículos como Ford Focus, Citroën C4 Lounge, Peugoet 308, Chevrolet Cruze, por nombrar algunos.
¿Por qué sucedería esto?
Hoy en día muchos vehículos que se encuentran cerca de la actual frontera de $380.000 mayorista ($500 a 520 mil final) tienen sus precios comprimidos artificialmente por las automotrices para no caer dentro del impuesto. Supongamos que tenemos el modelo N que tiene tres versiones, las N1 de $450.000 y N2 de $480.000, lo que deja a la N3 sobre el límite del actual esquema impositivo. Esto dispara el precio de N3 muy por afuera de la progresión normal y segmento de mercado. Para evitar esto último, hoy las terminales “comprimen” su precio a propósito y lo dejan en las cercanías de $500.000. La diferencia de precio se equilibra con algunos aumentos en las gamas más bajas.
hoy las terminales “comprimen” su precio a propósito
Si finalmente la reforma se aprueba en el Congreso de la Nación, la nueva carga impositiva abaratará el precio en los papeles, pero en realidad, permitirá que las automotrices “aflojen el cinturón” a los precios de sus topes de gama, que a su vez podría normalizar la progresión de precios a público de la gama entera.
Esta paradoja haría que modelos considerados “premium” pasen directamente a competir con los generalistas que hoy están al límite del 10% y tendrían un “aumento” de su precio.
¿Cómo sigue?
Toda reforma impositiva debe pasar previamente por el órgano legislativo nacional, por lo que es muy pronto para saber si finalmente la propuesta oficial logrará tener el aval de la mayoría opositora en el Congreso. La reacción negativa de muchos gobernadores de provincias afectadas directamente por algunos cambios (los vinos en Cuyo o los bienes electrónicos en Tierra del Fuego) parecen avisar que lo que finalmente se apruebe no será idéntico a lo propuesto.
En el plan oficial, la idea es favorecer a los modelos de producción nacional que se encontraban en el límite del esquema impositivo, pero otro problema en puerta es que los vehículos de entrada importados también se verían altamente beneficiados. Esto encendió algunas alarmas en los fabricantes, que no quieren ver a sus modelos poco competitivos respecto a los que vienen de afuera.
Seguramente habrá novedades en el corto plazo, ya que como se encargó de aclarar el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se trata de una propuesta inicial. En principio, la cosa da para largo y hay mucha tela para cortar. Lo cierto es que la industria automotriz es cautelosa por ahora, a esperas de ver cómo se desarrolla la cuestión.