A finales de 2016, Liberty Media desembarcó en la Fórmula 1. Desde entonces, dejó en claro que el espectáculo debe ser un aspecto primordial en las fechas de la Máxima, lo que llevó a diversas modificaciones en las sedes de los Grandes Premios, en torno a la organización de espacios dedicados exclusivamente para los fanáticos.
De acuerdo a lo manifestado por el medio alemán Auto Motor und Sport, uno de los temas que preocupa a la empresa liderada por Chase Carey es el alto promedio de edad de los seguidores de la categoría. Por ello, se ha pensado en modificar el formato del fin de semana, incluyendo una carrera clasificatoria los sábados.
La actividad comenzaría el viernes pero fuera de la pista, con una inspección técnica que se realizaría a la vista del público. Luego, por la tarde, se desarrollarían dos tandas de entrenamientos, de una hora cada una (actualmente también se disputan dos, pero de 1h30m).
El sábado el cronograma contaría con mayores modificaciones, ya que la primera actividad del día no sería una tercera práctica, sino que directamente se realizaría la clasificación. Más tarde, con estos resultados se ordenaría la salida de la competencia clasificatoria, de 100 kilómetros de duración (un tercio de un GP habitual), y que no contaría con restricciones ni de combustible ni de neumáticos, para así permitir a los pilotos luchar desde el primer momento por la victoria. De la forma en la que culminarían esta exigencia comenzarían la prueba final, a celebrarse el domingo.
La propuesta ya ha sido recibida por los equipos en Australia, en forma de encuesta. Ante ello, Niki Lauda (director no ejecutivo de Mercedes) propuso otra solución: “¿Por qué no se establece un tiempo máximo de duración para las carreras? Por ejemplo, competencias de dos horas en Singapur o Mónaco son difíciles de vender si no pasa nada. Deberían ser de 100 o 90 minutos”.
Por el momento, no se brindaron mayores detalles sobre el novedoso formato que llegaría a la Fórmula 1.