Después de fotos espías y rumores, se esperaba una actualización profunda para la quinta generación del Audi A4, presentado en sociedad hacia fines de 2015 y lanzado en Argentina al año siguiente. Sin embargo, lo que esta semana liberó la marca nos deja con gusto a poco.
Hay que ser un conocedor profundo del A4 o un observador privilegado para hacer las distinciones de lo que es nuevo y de lo que no, respecto del modelo lanzado en 2016. Disponible tanto para el A4 sedán como para el Avant, Audi muestra en sus paquetes S Line y Sport una parrilla "singleframe" y paragolpes renovados, con un carácter tirando a deportivo. Atrás, las salidas de escape son trapezoidales y de mayor tamaño, y las llantas entre 16" y 19" son nuevas.
Audi tampoco informó de modificaciones en su oferta mecánica, por lo que en Europa se mantendrán los turbodiésel 2.0 y 3.0 con potencias entre 122 y 272 CV, con tracción delantera y quattro, y opciones de cajas manual y automática. Por el lado naftero siguen los 1.4 y 2.0 TFSI con 150, 190 y 252 CV. Por supuesto que los S4 y RS4 Avant siguen vigentes con sus 354 y 450 CV.
Respecto de modificaciones en los paquetes de acabados y equipamiento, Audi informa que la variante de entrada ganan el sistema MMI de navegación, una pantalla digital de 7” a color, un nuevo volante multifunción y espejos con pliegue automático. El paquete Sport suma asientos con ajuste lumbar, mientras que el S Line añade a lo anterior asistente de luces altas/bajas.