Hablar de Mercedes-Benz es referirse a uno de los primeros protagonistas de la automoción como la conocemos hoy: Bertha Benz hace mucho más de un siglo tomó prestado el invento de su marido Karl y se llevó a sus hijos de paseo a ver a la abuela, así como Bertha realizó el primer viaje en automóvil, al hacerlo en compañía de sus hijos convirtió el Benz Motorwagen en el primer auto familiar de la historia.
Historia
Aclaremos que el Clase A de Mercedes-Benz no es el primer auto familiar de la historia, pero si fue creado bajo la premisa de ser un auto pensando en ella. Los inicios de la historia de la “A Klasse” se remontan a 1997, cuando con bombo y platillo la entonces DaimlerBenz, justo un año antes de convertirse en DaimlerChrysler, presentó un extraño y novedoso vehículo denominado simplemente como Clase A. En esos años los monovolúmenes eran lo que el cliente requería, y la Clase A se encasilló en ese segmento.
Adelantamos rápido hasta la tercera generación (2012) cuyas formas cambiaron hacia las de hatchback convencional que se vendió hasta 2018 año en que llega la cuarta generación W 177, que es la que probamos en este caso.
Técnicas y mecánica
El Clase A porta un pequeño, pero muy eficiente motor naftero de 1.332 cc asistido por un turbo, que fue desarrollado en conjunto con la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. El resultado son 163 CV a 5.500 rpm y 250 Nm desde los 1.460 giros que se descargan via una caja DTC (Doble embrague) de siete cambios. La disposición del tren motor es transversal y la tracción es delantera, aunque no dudamos que en algunas versiones más radicales tengan tracción integral (4Matic).
Metro en mano, el nuevo Clase A es el más grande de todos con 4.419 mm de largo, 1.440 mm de alto, 1.796 mm de ancho y una distancia entre ejes de 2.729. El peso ronda los 1.300 kilos.
Multimedia: ¡Hey Mercedes!
Mercedes-Benz ofrece un nuevo sistema de información y entretenimiento al usuario, que ahora se ve complementado con Apple CarPlay y Android Auto. La nota amarga es que solo ofrece conexión via USB C, y aun no todos los dispositivos son compatibles con este tipo de conector.
Si uno pronuncia la frase ¡Hey Mercedes! dentro del vehículo, el asistente personal de a bordo contestará, y nos preguntará que función desea que realice, desde una llamada hasta buscar un destino y que nos guie utilizando el navegador, una voz femenina –al más puro estilo de SIRI- nos contesta y acata nuestras órdenes a bordo.
El cuadro de instrumentos
En el W 177 ya no encontraremos ningún medidor analógico (al menos en los más equipados), toda la información se despliega en dos pantallas. La primera ocupa el lugar tradicional del cluster de instrumentos, es completamente configurable a gusto del conductor y despliega toda la información inherente al comportamiento del vehículo. La segunda pantalla localizada al centro del tablero es donde se despliega toda la información del sistema multimedia, navegación, modos de manejo y la visión de la cámara de estacionamiento.
A los distintos menús se puede acceder de varias formas, la primera es con el accionamiento táctil de la pantalla –algo también nuevo en Mercedes- o mediante la selección en un pequeño panel ubicado en la consola central.
Interior
Este es el rubro más importante del Clase A, si bien el propulsor y la caja son una novedad también, la atmosfera a bordo es lo que más hay que resaltar del vehículo y con esta versión la gente de Daimler se pulió, ya que la sensación a bordo es como si estuviéramos en un min Clase S. Todo en el interior se siente Premium, bueno hasta los tapizados que son de material sintético se sienten de lo mejor. Todos los materiales y sus uniones son de primera, lo único cuestionable es que no ofrece un sistema de aire acondicionado bi-zona.
Comportamiento dinámico
Con la agradable experiencia Premium de los interiores, uno se espera que la sensación de manejo sea muy similar, y en efecto no nos defraudó. El comportamiento del pequeño motor de 1.3 litros es sólido y no deja de empujar mientras no soltemos el acelerador, mientras tanto la caja DTC hace su trabajo también de forma rápida y muy precisa.
El esquema de suspensión está orientado al confort, aunque con las llantas de bajo perfil la comunicación entre la superficie por donde se circula y el volante es muy real y constante, y pese a la asistencia eléctrica de la dirección, la sensación no es artificial ni anestesiada.
La distancia con relación al piso es baja, y el sistema MBUX (Mercedes-Benz User Experiencie) puede identificar algunas preferencias de manejo y predecir el estilo de manejo del conductor. Creemos que los consumos pueden ser bajos, dado el pequeño desplazamiento del motor, pero no tuvimos oportunidad de convivir tanto con el vehículo para poder lograr una media sustentable.
Conclusiones
Un Mercedes de entrada que no lo parece, o por lo menos la versión probada nos dejó con un buen sabor de boca. Veremos que pasa cuando lo probemos en Argentina donde el motor chico no se combina con el nivel superior de decorados y equipamiento.